12 de diciembre de 2012


El Derecho a la Información y la Comunicación
en la mirada de los periodistas amazónicos

Vania Sandoval Arenas

El ejercicio del Derecho a la Información y Comunicación (DIC) en Bolivia es una tarea pendiente y tiene dificultades concretas, coincidieron en afirmar más de 40 periodistas que trabajan en emisoras de radio del oriente boliviano y forman parte de la Red Amazónica Satelital.

Los trabajadores de la información que encarnan el periodismo en la Amazonía boliviana tuvieron su tradicional encuentro anual en el auditorio de Radio Santa Cruz, dirigida por Carlos Salazar,  los pasados 25 y 26 de octubre, oportunidad en que intercambiaron criterios acerca de temas que conciernen a su ejercicio profesional. El tema que dio nombre al evento y fue abordado en la primera jornada de trabajo fue el DIC.

Luego de una exposición sobre el estado de situación de la aplicación del DIC en Bolivia realizada por el equipo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia[1], los participantes emitieron su propia opinión.  Los periodistas coincidieron en señalar en que el DIC está coartado por los poderes públicos que por lo general no transparentan la información pública, pues –dijeron- que el Estado en todos sus niveles limita este derecho cuando se realizan procesos contra los periodistas.

Hablando de los  medios, los periodistas afirmaron que existen algunos que discriminan y que en varios casos responden a los intereses de los propietarios en detrimento de la información para la ciudadanía. Entre lo positivo de la aplicación de este derecho en Bolivia, se destacó el crecimiento de medios y espacios informativos en los últimos años, situación que favorece el pluralismo informativo.

¿Se aplica el DIC en la Amazonía?

La respuesta a esta pregunta fue negativa. Entre los argumentos señalados están que el DIC no está suficientemente conocido como derecho, no se accede a información pública, todavía faltan medios de comunicación, los grupos de poder coartan la información y amedrentan a los periodistas. Los dueños de medios en ciertos casos manejan la parcialidad e imparcialidad de acuerdo a sus intereses, agregaron los participantes. Algunas poblaciones fronterizas donde trabajan los radialistas fueron identificadas como zonas rojas ligadas al narcotráfico, por lo que informar –sostuvieron - sobre situaciones ligadas a la delincuencia se ha convertido en un riesgo. La información es deficiente por la distancia de poblaciones alejadas. Existe autoritarismo por parte de funcionarios públicos locales que niegan información a los periodistas, y este problema también se presenta en algunos dirigentes sociales que protagonizan movilizaciones.

¿Cómo se podría aportar desde el periodismo al ejercicio del DIC?

“Debemos informarnos para informar sobre el DIC”, dijo un radialista de la chiquitania cruceña, en el entendido de que no se puede hablar de lo que aún no se conoce a fondo.

También afirmaron que es necesario trabajar incorporando a los movimientos sociales “saliendo de las fuentes habituales”, lograr mayor participación ciudadana, con una información equilibrada “sin hacer daño a ningún sector”. Existen poblaciones  donde existen procesos intensos de migración, “es necesario ser más integradores”. Es necesario interpelar al poder, generar espacios de diálogo y debate, facilitar la llegada de la gente a los medios, difundir los derechos de las personas.

En el encuentro participaron periodistas de radios afiliadas a la Red Amazónica que trabajan las poblaciones de Guayaramerin, Riberalta, Camiri, Aplolo, Muyupampa, Yacuiba Caraparí, Saavedra, Monteagudo, El Puente, Huaracaje, San Antonio de Lomerío, San Julián (4 Cañadas), San Ignacio de Moxos, Magdalena, San Joaquín, San Ignacio de Velasco, San Matías, Puerto Suárez, Santa Ana de Yacuma, San Borja, Porongo, La Guardia, Yapacaní, Ascensión de Guarayos, El Carmen Rivero Tórrez, Roboré, Minero, Santa Cruz, Vallegrande, Cuevo, San Ramón.

 La Red Amazónica Satelital, tiene 28 años de existencia y está en proceso de crecimiento, dijo Juan Carlos Gutiérrez, director de la Fundación Instituto Radiofónico Fe y Alegría , soporte de Radio Santa Cruz, emisora que al cumplir 60 años se consolida como cabeza de dicha red.




[1] Vania Sandoval y Cecilia Banegas representaron al ONADEM.

20 de noviembre de 2012


Segunda consulta ciudadana organizada por el ONADEM de la Fundación UNIR Bolivia
“Tu palabra sobre las noticias y el DIC”

Las personas que participen opinarán sobre la vigencia y ejercicio del Derecho a la Información y la Comunicación (DIC), la calidad de la información noticiosa y el desempeño de periodistas y medios de comunicación.



La Consulta ciudadana Tu palabra sobre las noticias y el DIC es una forma de conocer las opiniones y demandas ciudadanas acerca del trabajo periodístico, la credibilidad de los medios estatales y privados, así como las percepciones en torno al ejercicio del Derecho a la Información y la Comunicación (DIC). Participarán todas las personas desde los 18 años que de manera voluntaria y anónima respondan a un cuestionario acudiendo a las mesas instaladas en sitios públicos.
Se realizará en dos fechas: el sábado 1 de diciembre en El Alto, Cochabamba, La Paz y Santa Cruz y Sucre. El sábado 8 de diciembre en Cobija, Oruro, Potosí, Tarija y Trinidad. Las mesas funcionarán de 9:00 a 18:00 hrs.
Los resultados de la segunda consulta ciudadana se publicarán y serán de libre acceso para periodistas, medios, instituciones, autoridades públicas y la población en general.
Los antecedentes

El año 2008 se llevó adelante la primera consulta ciudadana a más de 2.000 personas sobre su opinión respecto a las noticias; luego, el 2009, la Fundación UNIR Bolivia impulsó la realización de la “Agenda Ciudadana Elecciones 2009” sobre la cobertura informativa electoral. Al año siguiente, 2010, el ONADEM llevó a cabo la “Agenda Ciudadana sobre el Derecho a la Información y la Comunicación” con el fin de aportar al ejercicio de este derecho en todos los niveles estatales y de la sociedad. Los tres trabajos referidos partieron de la premisa de que la democracia se construye, fortalece y ejerce desde la activa participación de la ciudadanía no sólo en momentos de elecciones (a través de su voto), sino también en espacios de debate, participación en la elaboración de políticas públicas, de control social, diálogo y deliberación sobre temas de interés público, de acuerdo con las líneas argumentales establecidas en el Derecho a la Información y Comunicación (DIC).

Siguiendo con esta línea de trabajo –que sirve de puente entre la ciudadanía, los periodistas y la sociedad política– se ha planificado la realización de una segunda Consulta Ciudadana en 2012 para medir, entre otros aspectos, la credibilidad de los medios, la valoración del trabajo periodístico, la percepción en torno al ejercicio del derecho a la información en Bolivia y las demandas ciudadanas a periodistas y medios de comunicación, en el marco de contribuir al ejercicio pleno del DIC y plantear posibles nuevos escenarios del trabajo periodístico en el país. Para llevar adelante de esta consulta se acudirá nuevamente a una alianza con docentes y estudiantes de comunicación, previo acuerdo con universidades en las diez ciudades elegidas.

Metodología

Se aplicará la técnica de la “encuesta al revés”, que implica que los consultados acudirán voluntariamente a las mesas para expresar su opinión, y no se los irá a buscar. Serán 4000 las personas que de manera voluntaria serán consultadas, incorporando criterios de distribución adecuada de edades y género. El día de la actividad se conformarán mesas por ciudad ubicadas en lugares concurridos como plazas y mercados. Cada mesa estará integrada por un profesor guía y cuatro estudiantes, quienes previamente habrán sido capacitados para realizar la encuesta.

Fechas y lugares

Sábado 1 de diciembre
·          El Alto: Plaza Bolivia (Ciudad Satélite), ex Tranca Senkata, ex Tranca Río Seco y la plaza Libertad (Zona 16 de Julio).
·          Cochabamba: Plazuela Colón, plazuela San Antonio, predios cine Center  y plazuela Vallegrande
·          La Paz: Plaza Garita de Lima, atrio de la Iglesia San Francisco, plaza Abaroa y el atrio de la Iglesia de San Miguel

·          Santa Cruz: Plaza 24 de Septiembre, parque Urbano, feria de Barrio Lindo y la rotonda del Plan 3 Mil
·          Sucre: Plaza 25 de mayo y el mercado Campesino

Sábado 8 de diciembre

·          Cobija: Plazuela Germán Busch y mercado Abasto
·          Oruro: Plaza Principal 10 de Febrero y plaza del Folklore (ingreso a Súper Feria)
·          Potosí: Paseo Boulevard y en el ingreso a la Feria Popular
·          Tarija:  Parque Bolívar y plazuela Sucre
·          Trinidad: Plazuela Fátima y mercado Campesino

24 de octubre de 2012

Narcotráfico ¿sólo coca y cocaína? El debate de los editoriales bolivianos



Narcotráfico ¿sólo coca y cocaína?
El debate de los editoriales bolivianos

Bernardo Poma Ulo[1]
Relacionar el narcotráfico sólo con una planta, la de la coca, referirse únicamente a la cocaína y a su posible despenalización, así como abordar escasamente y de manera imprecisa el consumo de drogas, fueron las tendencias de la opinión editorial de la prensa boliviana sobre el tema del tráfico de estupefacientes en el primer mes del 2012.



Esas características de opinión fueron estudiadas por el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR en 24 editoriales publicados en enero del presente año por 13 diarios nacionales: El Deber, El Mundo y El Día de Santa Cruz, La Palabra del Beni de Trinidad, El País, El Nacional y Nuevo Sur de Tarija, Correo del Sur de Sucre, El Diario y La Prensa de La Paz, El Potosí (Potosí), Opinión y Los Tiempos de Cochabamba[2].  

Si bien se contabilizó en total 24 editoriales, un tercio de éstos fue repetido y publicado con el mismo texto y titular en más de un diario[3]. En sentido estricto, entonces, se publicaron 18 textos editoriales distintos, entre los que se pudo verificar las tendencias anotadas en principio, pues 10 de ellos (56%), al abordar el narcotráfico[4], sólo mencionaron una droga[5], la cocaína, y los restantes 8 (44%) no especificaron ninguna otra[6]. Por otro lado, 7 de los editoriales (39%) relacionaron expresamente la hoja de la coca con la cocaína o con el narcotráfico, en tanto que los demás no mencionaron ni especificaron ninguna otra planta vinculada con la producción o tráfico de estupefacientes[7].


Dudas y esperanzas: la lucha contra el narcotráfico

Bajo la primera tendencia de opinión editorial, la lucha contra el narcotráfico tuvo como objeto valor negativo centralmente a la hoja de coca, específicamente por su producción excedentaria, por ser vinculada directamente con la fabricación de cocaína o incluso por ser considerada en sí misma una droga[8].

Al avizorar en 2012 una “nueva etapa en la lucha contra las drogas” (La Prensa; Los Tiempos; El Potosí; Nuevo Sur; Correo del Sur, 24/01/12) y relacionando expresamente coca con narcotráfico, los editoriales valoraron positivamente el acuerdo tripartito, entre Brasil, Bolivia y EE.UU.[9], por haber sido suscrito para “controlar los cultivos excedentarios de coca” y fue entendido como una alternativa en la tarea de “controlar” la producción de la “materia prima” de la “cocaína”.

En ese marco, criticaron las acciones gubernamentales por su falta de eficacia en la lucha contra el narcotráfico. Con el acuerdo tripartito y en retrospectiva se habría puesto fin a seis años de la “actual gestión gubernamental”, de “desavenencias” que “impidieron” o “dificultaron” la labor conjunta entre los países “interesados en afrontar el problema” (La Prensa; Los Tiempos; El Potosí; Nuevo Sur; Correo del Sur, 24/01/12). En el mismo sentido, se puso en duda las “buenas intenciones” del “Primer Mandatario”, se dijo que la administración gubernamental, a seis años, “no fue efectiva” (El Diario, 08/01/12). Otras notas sólo alcanzaron a expresar algunas esperanzas para la presente gestión: “Ojalá que en este año la imagen del país no sea más afectada por el estigma del narcotráfico” y que “no tengamos más jefes policiales… intentando exportar toneladas de cocaína al mercado internacional” (El Mundo, 01/01/2012).    
 
Con similar crítica a la política gubernamental, pero sin especificar ningún estupefaciente, un editorial no aclaró la identificación de la coca como una droga, aludiendo a un organismo internacional y señalando una fallida posición del gobierno nacional al respecto: “La hoja (de coca) ha de seguir siendo considerada una droga en sí misma por la ONU, no importa lo que haga el Gobierno boliviano por evitarlo” (El Deber, 22/01/12).

La coca en el ojo del crecimiento del narcotráfico

Aunque se manifestó en general la preocupación por el crecimiento del narcotráfico, la mitad de los editoriales que abordaron este aspecto no especificó la droga causante o involucrada en tal aumento, pero sí señalaron a la hoja de coca. Así, el incremento de la producción de la “hoja ilegal” es el que “en realidad define el aumento de la producción de narcotráfico en el país” (Opinión, 18/01/2012).

En el mismo sentido, al especificar el “aumento de la producción de cocaína” en el país, se señaló un solo factor, el aumento del “cultivo de la hoja” de coca, para lo cual, a su vez, no se presentaron suficientes explicaciones pues tal hecho sería resultado de “medidas de carácter oficial” (El Diario, 03/01/12). Sin especificar la fuente de los “datos estadísticos” se estableció que “la hoja de coca ha sobrepasado las 35 mil hectáreas y que la producción de cocaína pura pasó de las 200 toneladas al año”, además de que “la producción de pasta base sería muy superior y se estaría intensificando en sectores suburbanos y rurales del país” (El Diario, 03/01/12)[10].

Legalización de las drogas o (des)penalización de la coca

Más argumentos a favor que reparos sobre la posible despenalización de las drogas ilegales, específicamente de la cocaína,  se expresaron en las posiciones editoriales -de los diarios del sur del país, principalmente- que, en todo caso, se apoyaron en las manifestaciones públicas de dos presidentes latinoamericanos. En ese sentido, citando al nuevo presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se argumentó el fracaso de la “guerra sin cuartel”  contra de la producción, tráfico y consumo de drogas, “tal como hasta ahora se la ha desarrollado”, y se consideró el caso de México, donde el costo –hasta el momento- habría sido de 50.000 vidas (El Potosí, Nuevo Sur, Correo del Sur;  19/01/12).

Con más contundencia se apoyó la posición de José Manuel Santos -actual presidente y ex ministro de Defensa de Colombia- y por tanto la “causa” de la despenalización”, dado que esa “guerra”, “a pesar de los muertos”, “no ha logrado reducir el consumo de tales drogas, sino, al contrario lo ha aumentado” (El País, 31/01/12). Además se argumentó que la “guerra contra las drogas” es “algo inventado en Washington” y se criticó la política estadounidense sobre el tema señalando que “es allá, en esa frontera y dentro de los Estados Unidos donde se debe sentir con más contundencia los efectos de esa ‘guerra’ y no en nuestros países del sur” (El País, 31/01/12).

Un editorial aplicó –y restringió- el concepto de la despenalización no a las drogas controladas sino a la hoja de coca. La posición editorial se basó en la idea fuerza que vincula directamente coca con cocaína al señalar que el “desborde de los cultivos de coca es sinónimo de la explosión de la fabricación de cocaína” (El Día, 04/01/12). Bajo ese razonamiento se criticó el alejamiento de Bolivia de la Convención de Viena y su demanda de despenalización de la “hoja sagrada”[11], pues sería el planteamiento “menos justificado” del país. En el mismo sentido se afirmó que “Todos los argumentos culturales, medicinales y otros que hablan sobre la supuesta ‘inocencia’ de la coca, quedan huecos ante la lacerante realidad de miles de ciudadanos bolivianos que han caído en las redes del consumo de drogas y de otros miles que están detenidos en las cárceles de Chile, Argentina y Brasil”. Por tanto, “Defender la coca a estas alturas es casi igual que sacar pecho por los cárteles de la droga mexicanos y colombianos que han trasladado sus actividades al territorio boliviano para beneficiarse de la coca abundante y accesible” (El Día, 04/01/12). 

Algo de  “fashionismo” y pocas alternativas

Sólo un editorial expresó su preocupación central por el consumo de drogas, particularmente en la juventud. Sin embargo, no especificó de qué estupefacientes la “impresionante” cantidad de jóvenes benianos “se han vuelto dependientes” (La Palabra del Beni, 05/01/12). Sin considerar similares realidades en el resto del país, se definió la problemática como un “fashionismo local”. Finalmente, al reconocer positivamente la labor de organizaciones no gubernamentales que “arduamente desarrollan actividades de prevención y rehabilitación de drogadictos”, el diario evaluó el ámbito de las “instituciones públicas” en el que “poco o nada se ha avanzado” para “combatir este mal que acecha a la sociedad” (La Palabra del Beni, ídem).

Sólo una nota propuso encarar el problema del narcotráfico, sobre todo en las zonas cocaleras, con “programas inteligentes de desarrollo de las potencialidades alternativas” (El Deber, 22/01/12). El editorial planteó para ello aprovechar los “altos ingresos por las exportaciones de materias primas” (El Deber, ídem) pero no especificó una propuesta concreta, por ejemplo, la sustitución de cultivos o planes de industrialización.

Consideraciones finales

Resulta destacable la preocupación editorial por la problemática del narcotráfico. Sin embargo, se corroboró la generalización en la opinión que tuvo como eje principal la relación coca-cocaína, sin considerar otro tipo de plantas susceptibles de ser transformadas en otras sustancias controladas, ni las llamadas drogas sintéticas. 

Planteamientos o posiciones propositivas para encarar el problema del tráfico fueron escasos, solitarios y dispersos. Así el desarrollo alternativo fue demandado —sólo por un diario— de manera aislada del debate de la legalización o despenalización que fueron abordadas por diarios distintos —sobre todo del sur del país—.  El consumo de drogas en Bolivia, asimismo, fue escasamente abordado y no se profundizó ni se especificó si la droga más mencionada por los editoriales, la cocaína, es también la más consumida. En ese sentido, el abuso de otras sustancias —distintas a la cocaína— que se observa principalmente en la población joven de varias ciudades del país, como inhalantes (sustancias volátiles) de origen y finalidad industrial[12], no fue parte del análisis realizado por los editoriales.

El debate público, informado y respaldado, puede contribuir al planteamiento de normas y políticas públicas que sean cada vez más integrales, preventivas y protectoras de la sociedad ante la complejidad de la problemática del narcotráfico  y la opinión editorial puede aportar a ello con un análisis orientador que considere las particularidades de las distintas fases del narcotráfico (producción, tráfico, consumo) que afectan también de manera específica y distinta a la sociedad boliviana.





[1] Responsable Metodológico Operativo del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación Unir Bolivia.
[2] Otros cuatro diarios nacionales, Página Siete, La Patria, La Razón y Cambio, fueron parte de la muestra original, los cuales, sin embargo, no publicaron editoriales respecto del tema del presente artículo.
[3] Se trata de un “efecto de coordinación editorial” que consiste en la publicación de un mismo editorial en más de un diario, de manera simultánea (en la misma fecha) o asincrónica, práctica verificada por otras investigaciones del ONADEM (cf. Medios a la Vista, 2009, pp. 53, 63, 81). En el caso del presente estudio, fueron dos los editoriales que se repitieron, uno titulado “Nueva etapa en la lucha contra las drogas” y publicado simultáneamente en 5 diarios (La Prensa, Los Tiempos, El Potosí, Correo del Sur y Nuevo Sur, 24/01/12), y el otro “Un debate urgente” incluido a la vez en 3 de esos periódicos (El Potosí, Correo del Sur y Nuevo Sur, 19/01/12).
[4] Se entiende por narcotráfico en este trabajo toda actividad ilícita relacionada o derivada de la cadena de producción, distribución, comercialización y consumo de drogas tóxicas o ilegales. En la nomenclatura jurídica nacional e internacional se utiliza los términos de “tráfico ilícito” de “sustancias  controladas” para referirse y tipificar los delitos relacionados con el narcotráfico (cf. Ley 1008 “Del régimen de la coca y sustancias controladas” y Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes).
[5] En términos generales, droga es toda “sustancia química natural o sintética con efectos sobre el sistema nervioso central, que se consume para obtener una alteración del estado de ánimo que resulta placentera y que puede producir fenómenos de tolerancia y adicción” (Ver: Enciclopedia Encarta, Microsoft Corporation, 2008). No obstante, el mismo término tiene diversos usos, pues puede referirse a: “fármacos de prescripción legal…, sustancias que se compran y se venden de forma ilegal (cocaína, heroína, Cannabis, LSD) y otras que se comercializan de forma legal (alcohol y tabaco)” (Ibid.).
[6] La ley boliviana al respecto consigna, entre las sustancias controladas, al menos 200 drogas naturales o sintéticas, clasificadas como estupefacientes y psicotrópicos (cf. Ley 1008, Anexo y Art. 33). Uno de esos estupefacientes –sustancias narcóticas que alteran o hacen perder la sensibilidad-  es la cocaína, que a través de procedimientos químicos se obtiene de las hojas de coca.
[7] Evidentemente la legislación nacional penaliza la producción “excedentaria” de coca, pero admite y delimita la  producción “necesaria” (cf. Ley 1008, Arts. 4, 5, 6 y 29). La misma Ley 1008 junto a la normativa internacional (Convención de 1961) penaliza además la producción ilegal de otras dos plantas a base de las cuales se producen estupefacientes: la adormidera y la cannabis (o marihuana) (Ver las drogas derivadas en: Glosario de términos de alcohol y drogas. Organización Mundial de la Salud / Ministerio de Sanidad y Consumo de España, Madrid, 2008). En el periodo de estudio, al menos 4 diarios nacionales (El Día, El Diario, Correo del Sur y Nuevo Sur) reportaron entre sus noticias el tráfico de marihuana. Por otro lado, sólo en el mes enero de 2012, la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) habría incautado 30,63 toneladas de marihuana (Ver: http://www.correodelorinoco.gob.ve/multipolaridad/gobierno-bolivia-ha-incautado-3217-toneladas-droga-2012/)
[8] La propia Ley 1008, en su artículo 3,  hace la diferencia entre la planta de la coca en estado natural “que no produce efectos nocivos a la salud humana” y la que es procesada y transformada para la producción ilegal de cocaína y que “produce efectos psicofisiológicos y biológicos nocivos para la salud humana y es utilizada criminalmente”.
[9] El convenio entre Bolivia, Brasil y Estados Unidos, denominado “Proyecto Piloto de Sistema de Control de la Reducción de Cultivos Excedentarios de Coca”, firmado el 20 de enero de 2012, se propone desarrollar en territorio boliviano metodologías adecuadas para la “detección” de las “zonas de expansión de cultivos excedentarios de coca” (Ver: “Suscriben Acuerdo tripartito para controlar cultivos de coca”, El Diario, 21/01/12, pg. 5).
[10] Los cultivos de hoja de coca en Bolivia en el año 2011 no sobrepasaron las 27.200 hectáreas e incluso se redujeron respecto del 2010 cuando se habrían cultivado 31.000 hectáreas, según el último informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito  (cf. Monitoreo de Cultivos de Coca 2011, UNODC / Estado Plurinacional de Bolivia). En todo caso, según la normativa boliviana vigente (Ley 1008), los cultivos legales de la hoja de coca no debieran sobrepasar las 12.000 hectáreas.  
[12] Las sustancias volátiles son “un grupo de productos químicos de uso industrial o doméstico (pegamentos, disolventes, gasolinas, pinturas) que se han convertido en drogas de abuso al inhalarse con el fin de obtener un efecto placentero. Las sustancias volátiles producen depresión y perturbación del sistema nervioso central” (Ver: "Droga." Microsoft® Encarta® 2009 [DVD]. Microsoft Corporation, 2008).

2 de octubre de 2012


El Alto desde el periodismo ¿Qué hay más allá de la violencia?
ONADEM
El Alto es una ciudad peligrosa, víctima de la delincuencia, una urbe pobre y en “vías de desarrollo”, de acuerdo a la imagen presentada por la prensa paceña y alteña.  Un monitoreo realizado por el Observatorio Nacional Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia visibiliza la poca cobertura informativa que la joven ciudad recibe por parte de los diarios y muestra que la violencia y criminalidad son el principal tema noticioso cuando se habla de El Alto. A la vez, otro estudio exploratorio sobre las condiciones de trabajo y de formación de periodistas en dicha ciudad –también realizado por el ONADEM- muestra la precariedad en la que este sector  desarrolla sus actividades así como las demandas de los trabajadores de la prensa a la universidad pública y a las autoridades.

¿Cómo se representa El Alto en la prensa paceña y alteña?
El estudio titulado “Representaciones de El Alto en la prensa alteña y paceña”, elaborado por Virginie Poyetton en el ONADEM, obtuvo resultados que convocaron al análisis.  Entre el 9 y el 23 de enero de 2012 se analizaron las notas de prensa de seis  periódicos paceños (La Razón, El Extra, Página Siete, Cambio, El Diario y La Prensa) y del único diario de El Alto, El Alteño. Uno de los hallazgos de la investigación  refleja la poca presencia de noticias sobre la urbe alteña en la prensa paceña. Aparte de El Alteño y de algunas iniciativas como el suplemento especial de Cambio, “Alteño”,  o de la página diaria de La Razón, bajo la sección “Ciudad El Alto”, no parece que exista una verdadera estrategia de cobertura de la realidad cultural, socioeconómica y política de El Alto por parte de los medios escritos paceños.  En el tratamiento periodístico de las notas destaca la alta presencia de fuentes oficiales en comparación con otras (organizaciones sociales, ONG, profesionales, ciudadanos). Salvo El Alteño (32%), el porcentaje  de fuentes oficiales pasa el 50% en todos los periódicos. El 27%  de las fuentes corresponde a la Fuerza Especial de Lucha contra el crimen (FELCC).

Condiciones laborales precarizadas e informalidad
Las condiciones laborales de los periodistas en El Alto, de acuerdo al estudio “Periodismo y Periodistas en El Alto” realizado por Vania Sandoval y Gary Ramírez,  son precarias y están ligadas a la estructura “informal” de los medios. Dicha investigación exploratoria recogió las opiniones de 14 dirigentes del periodismo alteño (en entrevistas realizadas a mediados del año 2011), los que afirmaron en un 72% de los casos que los salarios no son correctos para los alteños y que las condiciones laborales de El Alto en 29% son pésimas, en 14% malas y el 21% regulares. Sólo el 22% tiene contrato de trabajo.
Los periodistas alteños entrevistados demandaron  tener más oportunidades de formación y actualización académica en la ciudad. La Universidad Pública de El Alto  (UPEA) no satisface totalmente las necesidades de formación periodística, tiene un enfoque centrado en la comunicación social y no en la formación de periodistas de forma específica (al igual que la UMSA, UAGRM y otras carreras del país).
Las agresiones a periodistas alteños se denuncian poco, y están ligadas a las condiciones laborales precarias y a la conflictividad expresada en movilizaciones en calles y carreteras.  Esta conclusión está  refrendada por la base de datos de agresiones a periodistas en el país, y los propios testimonios de periodistas alteños, que señalan que existen limitaciones para denunciar las agresiones a periodistas, generalmente ligadas al temor a represalias o a perder el puesto de trabajo.

La mirada interna
Con el fin de brindar insumos para la reflexión y debate sobre las dificultades del ejercicio periodístico en El Alto y la representación de esta ciudad en la prensa, el ONADEM presentó los resultados de su trabajo en un conversatorio realizado el pasado 9 de agosto con periodistas alteños, quienes intercambiaron criterios sobre la problemática relativa al ejercicio periodístico.
A partir de los resultados obtenidos por el ONADEM se logró conocer la percepción de los periodistas encargados de la cobertura informativa en la urbe alteña. Ilich Ordoñez, jefe de prensa de Paceñísima de Televisión, indicó que una de las posibles causas para que la mayor parte de noticias originadas en esta ciudad estén  relacionadas a violencia sea la falta de medios de comunicación propios de El Alto y  la precariedad en la que funcionan los pocos que existen. “La mancha urbana de El Alto quizás ha superado a la de La Paz, pero los departamentos de prensa en La Paz cuentan hasta con cinco equipos, mientras en El Alto simplemente tienen uno, que tiene que encargarse de hacer el tema de alcaldía, seguridad y social”.
La secretaria ejecutiva de la Federación de Trabajadores de la Prensa de El Alto, Fabiola Furuya, afirmó que las agresiones son un tema muy difícil de esclarecer y sancionar. Lamentó  el deceso de los hermanos y periodistas alteños Verónica y Víctor Hugo Peñasco Layme , ligada a las condiciones laborales precarias de trabajo y a la inseguridad de la ciudad de El Alto. Además, recordó a los asistentes el asesinato del periodista Carlos Quispe, en el municipio de Pucarani, el año 2008, caso que hasta la fecha no ha sido sancionado ni esclarecido. Esta muerte fue atribuida a la realidad laboral de los periodistas de provincias, que reciben en muchos casos presiones y agresiones que no son difundidas ni denunciadas.
Furuya argumentó que la inseguridad es un tema que no puede ser ocultado. “Si bien la ciudad de El Alto se muestra como una ciudad delincuencial, es porque existe y no podemos mostrar algo que no ocurre y eso se está mostrando en los medios, pero esos datos deberían ayudar para prevenir nuevos casos y que se hagan políticas de seguridad ciudadana, que van a la par de la delincuencia”.
La corresponsal alteña de Radio San Gabriel, Alejandra Vásquez, afirmó que la mayor parte de las noticias generadas en la urbe alteña están relacionadas a la crónica roja: “las grandes cadenas televisivas, si sacan alguna información de la ciudad de El Alto, efectivamente son asesinatos, marchas y problemas en esta ciudad, es decir, para las empresas televisivas, El Alto es una ciudad conflictiva, es el patio trasero del país y esa es la imagen que se está dando inclusive a nivel internacional”.
Además, Vásquez aseveró que en la difusión de estas noticias, en especial en la televisión y prensa, las decisiones están en manos de los dueños de medios y jefes de redacción: “generalmente se obedece a un patrón que dice que tenemos que mostrar primicias y si la primicia es mostrar un accidente, tenemos que hacerlo y si lo hacemos primero mejor, así pateamos al otro. Si se muestra un asesinato o un accidente primero es para ganar más gente”. David Ticona, periodista de Bolivia TV, afirmó que hay periodistas que buscan exclusivamente las noticias sobre muertos y violencia, y que hay que trabajar en procura de mejorar la imagen que se difunde sobre la ciudad de El Alto y sus pobladores.
El debate de los periodistas participantes en este conversatorio, estuvo centrado en la posibilidad de trabajar para incorporar otros temas en la agenda informativa, más allá de la criminalidad y delincuencia. La periodista de radio Cordial,  Irma Sánchez, sostuvo que son pocos los medios que se ocupan de grupos vulnerables, como los niños y adultos mayores y que se debería aumentar la cobertura de estos y otros temas que son de más utilidad para la población: “son pocos los que hablan del medio ambiente, de ciencia…hay productoras y periodistas independientes, que con esfuerzo propio tratan de hacer visibles estas temáticas”.
Por su parte, Boris Miguez, director de la carrera de Comunicación Social de la UPEA, instó a los trabajadores de la prensa a diversificar la temática de las notas y ocuparse más de cubrir temas ligados al desarrollo, considerando que el cambio de imagen de esta ciudad está en manos de los periodistas .
El encuentro entre periodistas alteños y el ONADEM mostró que las dificultades del ejercicio periodístico en El Alto ameritan continuar realizando trabajos y análisis conjuntos buscando mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y la calidad periodística en dicha ciudad, en pro de un periodismo que contribuya a cualificar el ejercicio de ciudadanía.




4 de septiembre de 2012

A propósito de la querella gubernamental contra la Agencia de Noticias Fides y los periódicos Página Siete y El Diario A propósito de la querella gubernamental contra 3 medios




A propósito de la querella gubernamental contra la Agencia de Noticias Fides y los periódicos Página Siete y El Diario

El gobierno interpuso el pasado 21 de agosto una denuncia “en contra de los autores, cómplices y encubridores, en especial en contra de los representantes legales, editores y responsables de las notas” publicadas por ANF, Página Siete y El Diario con relación a palabras que emitió el presidente Evo Morales en la feria de productos del programa “Empoderar” que se celebró en Tiwanaku cinco días antes (miércoles 15).

Las afirmaciones presidenciales

En la oportunidad, durante su discurso, el presidente Morales dijo:

“En el oriente boliviano, donde todo el año se produce, yo digo solamente por falta de voluntad podemos ser tan pobres o no poder tener alimento, mientras en el altiplano es diferente: si hay helada, si no hay lluvia, si hay granizada, no hay alimento, es una verdad eso, pero en el oriente no, sólo por flojos podemos hambrear”.

Esas afirmaciones originaron una noticia que la agencia Fides distribuyó a las 19:39 del miércoles 15 y que al día siguiente fue reproducida por los periódicos Página Siete y El Diario de La Paz.

La noticia de ANF

La noticia publicada por la agencia tuvo este titular y este primer párrafo:

Evo dice que si se hambrea en el oriente es por “flojera”Las declaraciones del presidente del Estado han sido repudiadas y consideradas discriminatoriasLa Paz/Santa Cruz, 15 ago. (ANF).- El presidente del Estado, Evo Morales, afirmó este miércoles que si la gente pasa hambre en el oriente del país es por “flojera” mientras que en el occidente es a causa de fenómenos climatológicos. Las declaraciones del primer mandatario fueron duramente rechazadas por autoridades y representantes de la región oriental del país, quienes las calificaron como discriminatorias.

La noticia de PÁGINA SIETE

A su vez, la noticia que publicó el periódico Página Siete tuvo este titular y este primer párrafo:
Evo acusa de “flojos” a los habitantes del orienteEl presidente Evo Morales afirmó que si la población pasa hambre en el oriente del país es por “flojera”, mientras que en el occidente es a causa de fenómenos climatológicos. (Jueves 16 de agosto de 2012, Nacional, pág. 4)

Las noticias de EL DIARIO

 La primera noticia que publicó El Diario tuvo este titular y este primer párrafo:

Crítica de Morales al oriente provoca airadas protestasLa expresión del Mandatario en Tiwanaku motivó reacciones inmediatas en la región oriental, cuyos representantes le recodaron que en ese sector del país se trabaja y mucho en labores agropecuarias, ganaderas y forestales.La comparación que hizo el presidente Evo Morales entre oriente y occidente y la posterior afirmación, en sentido que si la gente oriental pasa hambre es por flojera, provocó una serie de reclamos de instituciones y dirigentes de esa región. (Jueves 16 de agosto de 2012, nota de apertura de primera página)

La segunda, que apareció en página interior, tuvo este titular y este primer párrafo:

En esa región se produce el 70% de los alimentos de BoliviaMorales opina que el oriental es flojo y le critican por discriminadorLuego que el Presidente del Estado Evo Morales afirmara ayer que si la gente pasa hambre en el oriente del país es por “flojera”, a diferencia del sector occidental, el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), recordó el papel fundamental de esta región del país como matriz agropecuaria y de sede del aparato productivo nacional. (Jueves 16 de agosto de 2012, Economía, tercer cuerpo, pág. 2)

Las reacciones gubernamentales

Frente a las publicaciones señaladas, el gobierno hizo conocer su posición en distintos momentos y a través de diferentes medios locales y nacionales.

La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, en conferencia de prensa realizada el jueves 16 de agosto, expresó su molestia porque consideró que la agencia Fides

“de manera sistemática viene distorsionando las declaraciones de las autoridades” y agregó que “esta distorsión noticiosa se reproduce” en los medios que usan los servicios de dicha agencia informativa.

Dávila dijo que ANF “ha hecho una nota que condenamos nosotros por su sentido malicioso, tendencioso y provocador, señalando que el presidente Evo Morales en un discurso pronunciado ayer en Tiahuanaco afirmó que los cruceños tienen flojera para trabajar y que son flojos”.

La ministra llamó la atención sobre el hecho de que la agencia, que en su criterio cometió un error, no procedió a efectuar la rectificación que –indicó– correspondía que fuera hecha.

Finalmente sostuvo que “esta tendenciosa noticia ha salido casualmente en el periódico Página Siete y también en el periódico El Diario”.

El domingo 19 de agosto el ministro de Gobierno, Carlos Romero, anunció el inicio de una querella criminal contra ANF por haber “tergiversado” las palabras del presidente Morales, hecho que –manifestó– muestra que existe “una campaña claramente dirigida a debilitar la imagen del presidente, pero basada en mentiras, en calumnias”.

Romero también apeló a la ética periodística cuando dijo que “El tema de fondo es que alguien cometió una ligereza y ese alguien debería tomar la iniciativa, ¿no es cierto?, de reconocerlo públicamente y asumir su responsabilidad y no eludirla, porque es un elemento mínimamente ético que esperamos”.El 21 de agosto el viceministro de Régimen Interior y Policía del Ministerio de Gobierno, Jorge Pérez, envió una carta al director de ANF, padre José Gramunt, en la que afirmó que el titular y el primer párrafo de la noticia publicada por la agencia “constituyen una evidente tergiversación de la reflexión del Presidente Morales”.

Pérez, en su misiva, se refirió al aspecto central de su cuestionamiento: la agencia “Entrecomilló la palabra ‘flojera’ que no fue pronunciada de esa manera por el mandatario” y explicó que ello –esa palabra entrecomillada– “ha ocasionado una lesión al sentimiento colectivo del oriente boliviano”.

En la misma nota, el viceministro mencionó “la decisión del Gobierno del presidente Evo Morales de hacer prevalecer nuestros derechos como institución pública en los estrados judiciales ante semejante manipulación”.

Por último, el Ministerio de la Presidencia interpuso una demanda ante la Fiscalía el mismo 21 de agosto por la tarde. 

Los argumentos legales del gobierno

El gobierno estructuró dos argumentos para plantear la querella:
En un primer caso, la ya referida carta del viceministro Pérez establecía las siguientes líneas de razonamiento:

1. ANF “tergiversó” las palabras del presidente Morales al sustituir el término “flojos” por el de “flojera”.

2. Ese hecho –la “tergiversación” señalada– ocasionó “una lesión al sentimiento colectivo del oriente boliviano” cuyos pobladores “se han sentido discriminados”.

3. La discriminación constituye “al entender del Gobierno Nacional un hecho delictivo”.

4. Consiguientemente, dado que la información de la ANF “está dejando entender de (sic) que el Presidente discriminó al oriente boliviano”, la agencia cometió el delito de calumnia(1). 
En el segundo, expresado en el memorial de denuncia presentado a la Fiscalía, está expuesta esta otra argumentación:

1. ANF publicó una nota “que es reprochable penalmente por su sentido malicioso, tendencioso y provocador”.

2. Esa nota, junto a las publicadas por los periódicos Pagina Siete y El Diario sobre el mismo tema, “generan un enfrentamiento y consecuentemente un Odio racial y discriminación entre bolivianos”.3. El presidente en su discurso cuestionó “la productividad e improductividad de la Tierra aduciendo cuestiones climatológicas, sin tildar a ninguno de los pobladores de región alguna de ‘flojos’”.

4. Las publicaciones señaladas representan hechos tipificados como delito de “difusión e incitación al racismo o la discriminación” y los representantes legales, editores y responsables de las notas publicadas de los tres medios ya mencionados “incurren en la probable comisión del delito referido, porque de manera pública, tendenciosa y repetida divulgan de forma tergiversada el discurso del Primer Mandatario del Estado Plurinacional”.

5. El propósito de esa acción fue “promover racismo y/o discriminación a fin de generar un enfrentamiento entre dos regiones de nuestro país (occidente y oriente) con la clara intención de dividir a nuestro país Bolivia”.

6. “…esta situación ya manifestó consecuencias que además podrían agravarse, puesto que provocó airadas reacciones de las autoridades y población de Santa Cruz, con repercusión nacional, poniendo de esta manera en peligro la unidad del Estado Plurinacional”.

7. Las notas periodísticas que contienen la “tergiversación” de las palabras de Morales “tratan de hacer del Presidente una especie de figura Anti-Cruceña o Anti-Oriental, aprovechando maliciosamente la condición Indígena del Presidente, cuando jamás se ocuparon de contextualizar el discurso, sino reprodujeron frases armadas a conveniencia”.8. En consecuencia, “tratándose de un delito de carácter público”, el Ministerio de la Presidencia interpone la denuncia contra los tres medios.

El razonamiento político del gobierno

Además de los argumentos expuestos en el punto anterior, el gobierno desarrolló también un razonamiento político en torno a la publicación de las notas, sus motivos y consecuencias. 
 De las declaraciones de los ministros Dávila y Romero, así como del contenido de la denuncia planteada por el Ministerio de la Presidencia, se puede identificar estos elementos en ese caso:

- La agencia Fides distorsiona de manera sistemática las declaraciones de las autoridades gubernamentales.- Hay una campaña opositora de desprestigio contra el presidente Morales “basada en mentiras y calumnias” y “claramente dirigida a debilitar la imagen del presidente”.

- Se busca enfrentar al presidente con el pueblo de Santa Cruz.- Se busca la división del país, razón por la que la unidad del Estado Plurinacional ha sido puesta en riesgo.

La situación posterior

Tras el anuncio del inicio de la querella y con posterioridad a la presentación de la denuncia oficial se produjeron estos hechos centrales:

- Distintos voceros de los órganos Ejecutivo y Legislativo se pronunciaron en apoyo de la decisión gubernamental de enjuiciar a los medios. Sólo el senador Eduardo Maldonado, del MAS, convocó a que los medios “se rectifiquen” para cerrar el caso.

- Los directores de ANF y el periódico Página Siete, José Gramunt y Raúl Peñaranda, respectivamente, rechazaron las acusaciones del gobierno y señalaron que el tribunal penal no tiene competencia en esta materia.

- Organizaciones periodísticas de distintas zonas del país rechazaron el procesamiento de los tres medios, efectuaron movilizaciones de protesta, reclamaron el respeto de la libertad de expresión, plantearon que se aplique la Ley de Imprenta y anunciaron que denunciarán el caso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.- Los periodistas distinguidos con el Premio Nacional de Periodismo y varios ex presidentes de asociaciones de periodistas el 1 de septiembre pidieron al gobierno en una “Carta a la Nación” que retire la demanda contra los tres medios acusados y que corrija su relación con el periodismo en bien de la democracia.

La protección constitucional

La Constitución Política del Estado, en su capítulo de Derechos Civiles y Políticos establece los siguientes derechos:

Art. 21, numeral 5. “A expresar y difundir libremente pensamientos y opiniones por cualquier medio de comunicación, de forma oral, escrita o visual, individual o colectiva”.

Art. 21, numeral 6: “A acceder a la información, interpretarla, analizarla y comunicarla libremente, de manera individual o colectiva”.
Y en su capítulo sobre Comunicación Social, establece:

Art. 106, numeral II: “El Estado garantiza a las bolivianos y los bolivianos el derecho a la libertad de expresión, de opinión y de información, a la rectificación y la réplica, y el derecho a emitir libremente las ideas por cualquier medio de difusión, sin censura previa”. Art. 106, numeral III: “El Estado garantiza a las trabajadoras y los trabajadores de la prensa, la libertad de expresión, el derecho a la comunicación y a la información”.

Art. 107, numeral II: “La información y las opiniones emitidas a través de los medios de comunicación social deben respetar los principios de veracidad y responsabilidad. Estos principios se ejercerán mediante las normas de ética y la autorregulación de las organizaciones de periodistas y medios de comunicación y su ley”.
Las previsiones anti-discriminación 
La Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación en su capítulo IV (Instancias competentes de protección a las víctimas de racismo y toda forma de discriminación) establece:

Art. 16: “El medio de comunicación que autorizare y publicare ideas racistas y discriminatorias será pasible de sanciones económicas y de suspensión de licencia de funcionamiento, sujeto a reglamentación”.
Y en su capítulo V (Delitos contra la dignidad del ser humano), artículo 23, establece la incorporación del capítulo “Delitos contra la dignidad del ser humano” en el Título VIII del Libro Segundo del Código Penal.
Ahí mismo, en el Art. 281 quater modificado, relativo a “Difusión e incitación al racismo o a la discriminación”, establece:

“La persona que por cualquier medio difunda ideas basadas en la superioridad o en el odio racial, o que promuevan y/o justifiquen el racismo o toda forma de discriminación, por los motivos descritos en los Artículos 281 bis y 281 ter, o incite a la violencia, o a la persecución, de personas o grupos de personas, fundados en motivos racistas o discriminatorios, será sancionado con la pena privativa de libertad de uno a cinco años”.

Y en el numeral II de dicho artículo agrega:
“Cuando el hecho sea cometido por una trabajadora o un trabajador de un medio de comunicación social, o propietario del mismo, no podrá alegarse inmunidad ni fuero alguno”.

El Reglamento de la ley anti-discriminación establece los siguientes aspectos:

Art. 16 (De las faltas). Se consideran faltas de los medios de comunicación cualquier sea su naturaleza la autorización de la difusión y publicación de ideas racistas y discriminatorias, que se traducen en las siguientes:

1. Expresiones deliberadas y sistemáticas, consistentes en manifestaciones verbales o escritas, con el propósito de dañar la dignidad de determinada persona o grupo por motivos racistas o discriminatorios.

2. Difusión sistemática de mensajes con contenidos racistas o discriminatorios, en propagandas, espacios pagados, avisos solicitados y publicidad, que inciten al odio, desprecio, violencia o persecución de una determinada persona o grupos de personas.

3. Defensa o elogio de los actos de racismo o discriminación con el fin de justificar el odio, la violencia o la persecución de determinada persona o grupo.
Y en el artículo 21 (Conductas que no generan responsabilidad directa para los medios de comunicación) establece:

“La publicación o difusión de ideas y mensajes racistas y discriminatorios no generará responsabilidad directa al medio de comunicación en los siguientes casos:1. Cuando se publiquen o difundan como parte de cobertura informativa o de las tareas propias de la comunicación, sin que constituyan defensa o elogio de acciones de racismo y discriminación”.

Apreciaciones sobre el caso

Se debe considerar que un relato periodístico, por los modos técnicos de procesamiento de la información (que selecciona, organiza y jerarquiza los datos), es necesariamente una interpretación de aquello que es narrado. 
 En ese marco, si el presidente Morales manifestó que, a diferencia de lo que sucede en el altiplano, en el oriente “sólo por flojos podemos hambrear”, hizo claramente una referencia indirecta a la “flojera” como causa probable de que se produzca hambre en la región oriental.

En consecuencia, la interpretación periodística de las expresiones del presidente (derecho garantizado en el Art. 21 de la Constitución) presente en la nota informativa de la agencia Fides (“Evo dice que si se hambrea en el oriente es por ´flojera´”) no supuso distorsión, tergiversación o incitación al racismo.

El titular del periódico Página Siete señaló que el presidente Morales acusó “de ‘flojos’ a los habitantes del oriente”, interpretación que indica que el sentido de lo expresado por el gobernante fue el de una acusación. A su vez, el titular del periódico El Diario en su nota de página interior dijo que “Morales opina que el oriental es flojo”,  interpretación periodística que habla de una opinión del presidente y sugiere que con ella expresó una generalización. Esos titulares no corresponden exactamente al contenido de las informaciones desarrolladas posteriormente en las noticias respectivas. No obstante, en los textos de las noticias publicadas por Página Siete y El Diario no es posible hallar difusión sistemática (pues se trató de una publicación en un día), defensa o elogio de actos de racismo o discriminación, promoción o justificación del racismo o la discriminación ni “insultos y otras agresiones verbales por motivos racistas o discriminatorios” (Art. 24 de la ley anti-discriminación) contra el presidente.

Por tanto, la causal aludida por la denuncia gubernamental (delito de difusión e incitación al racismo) no parece tener asidero en los hechos (las notas informativas).

De igual modo, tanto la acusación del gobierno en torno a las presuntas intenciones opositoras y confrontacionistas de los responsables de las noticias como su versión respecto a las supuestas consecuencias separatistas de esos materiales periodísticos aparecen claramente desvinculadas del cuestionamiento oficial inicial que se refería a una “tergiversación” informativa.

Recomendaciones

Dada la situación planteada, el gobierno debiera considerar la presentación de un reclamo formal tanto ante el Tribunal de Ética Periodística de la Asociación Nacional de la Prensa como ante el Consejo Nacional de Ética Periodística.

El gobierno debe reconocer que ni la penalización de la interpretación periodística de los hechos ni el reiterado estímulo de un enfrentamiento con los medios informativos son una vía adecuada para lograr que la democracia y el pluralismo se fortalezcan o para que la ciudadanía acceda a información necesaria, responsable y de calidad.

A su vez, los responsables de los medios noticiosos y de los gremios periodísticos, además de defender y promover el Derecho a la Información y la Comunicación (DIC) establecido y garantizado por la Constitución Política del Estado, debieran ejercitar una supervisión ética y técnica más rigurosa sobre el tratamiento de las noticias, las opiniones y los análisis referidos a temas, instituciones y personas con repercusión pública.

Sin embargo, las autoridades de los distintos ámbitos y niveles del Estado debieran considerar siempre el alcance que pueden llegar a tener sus actos y declaraciones en el espacio mediático.

Y la ciudadanía debiera estar permanentemente vigilante y ser exigente respecto de la vigencia del DIC en el país.Bolivia, septiembre 3 de 2012