16 de diciembre de 2009

Periodismo para la gente: 15 desafíos y una agenda abierta

Lizbeth Mejía


¿Cómo quiere verse la gente de a pie reflejada en los medios? ¿Qué temas le interesa ver? Fueron interrogantes que encontraron una respuesta en la “Agenda Ciudadana elecciones 2009”, producto elaborado por la iniciativa de comunicación de la Fundación UNIR Bolivia.


El equipo de Comunicación de la Fundación UNIR fue al encuentro de la gente habitualmente relegada en la cobertura mediática, para escuchar los argumentos y las propuestas planteadas en seis ciudades de Bolivia, mediante conversatorios y grupos focales. Intencionalmente se eligió como tema central el trabajo de los medios en la cobertura electoral, por su importancia en la coyuntura nacional.


El objetivo de los encuentros fue recoger la percepción que tenían los ciudadanos – de sectores poco cubiertos en los medios- sobre el trabajo de los medios en épocas electorales, cuáles eran los aspectos positivos y negativos. Luego se les pidió que plantearan sus demandas. El pedido fue contundente: Transparencia, neutralidad y responsabilidad. Además, la gente consultada expresó que desea verse más en los medios, espera que los medios velen por la unidad nacional y que traten a todos los candidatos por igual.


Pero lo que es importante resaltar al término de la experiencia es que los ciudadanos reconocen positivamente el trabajo de los periodistas y de los medios argumentando que si no fuera por ellos, la población no tendría las mismas oportunidades de estar informados de lo que pasa aún cuando evidencian falencias en su trabajo. Otro elemento importante es que el referente principal de los ciudadanos de las capitales son las grandes cadenas televisivas, luego la radio y mínimamente los periódicos.


Los ciudadanos consultados señalan que no se puede generalizar, cada medio tiene su particularidad, no basta con hacer la diferencia entre medios estatales y privados, o medios urbanos y rurales, es necesario profundizar en las estructuras de propiedad para no meter a todos en la misma bolsa. Cada caso es distinto, por ejemplo, cuando se presentó el documento de la Agenda a un grupo de periodistas de áreas rurales, es decir de radios comunitarias, no podían concebir en su trabajo más participación ciudadana, porque esa es precisamente la manera que ellos se relacionan con sus comunidades, de cerca y de manera permanente.

El documento que resume la investigación realizada por la Fundación UNIR quizás no logre mostrar la magnitud de todo lo expresado por los 200 ciudadanos en más 70 horas de conversación y argumentación; sin embargo se intentó respetar su voz y plasmarla de manera textual, lo que supuso también un largo proceso de sistematización.


Una guía hecha por periodistas para la cobertura electoral


Paralelamente a este trabajo y en coordinación con los periodistas de La Paz, Cochabamba, Tarija, Santa Cruz, Cobija y El Alto, se realizaron una serie de talleres con los trabajadores de la información para realizar las mismas preguntas, cómo ven su trabajo en tiempos electorales, aspectos positivos y negativos. Dentro de estos encuentros el ONADEM (Observatorio Nacional de Medios) presentó las características de la cobertura tipo que ellos habían encontrado a lo largo de varios monitoreos de las diferentes elecciones realizadas en el último tiempo en nuestro país.

Los datos por el ONADEN se resumen básicamente en que los medios se centraron en los discursos polarizados del gobierno y la oposición y que la agenda mediática reproduce casi en su totalidad la agenda política, además se personaliza la campaña alrededor del candidato dejando de lado la presentación y el debate de propuestas. Luego de esta exposición y de su inicial autoevaluación los periodistas se plantearon una serie de desafíos para cubrir las elecciones.


Con los insumos vertidos en conversatorios y talleres se elaboró la Guía de Cobertura Electoral con 15 desafíos planteados por los propios periodistas. La Guía destaca como primera tarea, hacer que la ciudadanía sea protagonista de la cobertura informativa, no sólo en tiempos electorales sino permanentemente, dejando de lado la posición prejuiciosa de que el ciudadano aparece en las noticias generalmente como víctima o malhechor, dos imágenes recurrentes en los medios. Resalta también la necesidad de trabajar con visión nacional.


Los otros desafíos tienen que ver con normas del periodismo: informar sin opinar, sin polarizar, buscar equilibrio de fuentes, temas y enfoques, lograr una agenda propia, escapar del sensacionalismo, explorar nuevos formatos y lograr un rol más activo a los reporteros. Los desafíos coyunturales están dados por lograr debates respetuosos, incluir a todos los candidatos, pasar de las consignas a las propuestas, responsabilidad con las primicias, tener mucho cuidado con los resultados de encuestas o sondeos para no generalizar.


Los ciudadanos quieren ser protagonistas en la cobertura de los periodistas diariamente, desean ser tomados en cuenta como actores de la realidad no solo en tiempos electorales. Un aspecto final es la necesidad de crear en la población una visión crítica de los medios, pero acompañada de información suficiente sobre las complejidades del trabajo periodístico.

3 de diciembre de 2009

Una semana de TV y elecciones: slogans en vez de propuestas

Las propuestas programáticas de los partidos fueron relegadas y las movilizaciones de campaña fueron destacadas. Tales fueron las características principales de las noticias televisivas correspondientes a la primera semana de octubre pasado, lapso tomado como primera muestra de análisis por el Observatorio Nacional de Medios, ONADEM, de la Fundación UNIR Bolivia, que se propuso examinar la presencia de las propuestas electorales en los noticieros de televisión.

La cuarta parte (26%) de las noticias televisivas difundidas del 5 al 9 de octubre en seis redes de televisión estuvo referida a las elecciones. El 62,5% de ese total tuvo como eje de cobertura las actividades de campaña, centralmente las movilizaciones organizadas por los partidos políticos, y sólo el 5% se refirió a las propuestas y programas de los partidos y candidatos.



Dentro de las noticias sobre “campañas”, las declaraciones de los candidatos estuvieron centradas en el “debate” al que se retaba al candidato del MAS. La campaña se convirtió en acontecimiento noticioso en sí mismo, priorizando la línea informativa de cubrir las noticias ligadas haciendo énfasis en la confrontación de slogans y declaraciones sobre muy pocos ejes argumentales. En las noticias se dio cobertura a la supuesta religiosidad de los contendores políticos, dado que el arranque de campaña de dos partidos —efectuado 5 de octubre— se lo hizo con sendas misas.

Los temas ligados a los derechos de las mujeres ocuparon sólo el 0,5% de la cobertura informativa.

El Canal 7 (43% de su noticiero), la Red PAT (31%) y la Red Unitel (28%) fueron los que más cobertura dieron a las elecciones en la semana tomada como muestra.

Las propuestas fueron presentadas como slogans

Los temas y argumentos de las propuestas de programas de gobierno, relegadas en general al 5% de todas las noticias electorales, fueron difundidas priorizando los slogans definidos por los actores políticos. Eso se evidenció en que las propuestas difundidas por los noticieros fueron similares en los canales analizados. Si bien el abordaje de la información tuvo rasgos distintos según el medio, los temas objeto de cobertura fueron similares en los seis canales; por ejemplo, el “debate” o la “religión.

Las propuestas se presentaron como slogans sin que hubiese habido un abordaje periodístico que indagara sobre sus probables mecanismos de ejecución y/o las diferencias existentes entre programas en torno a un tema. En tal sentido, la información contribuyó poco a la profundización de las temáticas planteadas por los candidatos que quedaron sólo como manifestaciones generales de buenas intenciones. Las diferencias entre propuestas sobre cómo ejecutarlas quedaron invisibilizadas. La propuesta como slogan, por lo tanto, como contenido informativo no diferenciado de la cobertura de los actos de campaña, se encontró como una tendencia general en las noticias de TV.



"Por ejemplo, hay una serie de empresas estatales que ahora están entrando a otros rumbos CARPENBOL, PAPELBOL fábricas de cartón, de papel, de leche. Ahí tenemos empresas aéreas, por ejemplo, la economía del Estado debe diversificarse" (H. Arce, red Uno, 7/10/09).

"Toda la riqueza de litio, la vamos a titularizar para que corresponda a todos los bolivianos y no solamente a un gobierno de turno..." (M. Reyes Villa, Unitel, 6/10/09).



La cobertura respetó el orden asignado por las encuestas a los candidatos


Los noticieros contribuyeron a dar la imagen de ratificación de unos resultados “ya definidos”, dado que la cobertura informativa está centrada en los candidatos y partidos que están liderizando las encuestas, esto es, que las organizaciones o candidaturas favorecidas

Evo Morales y el partido MAS recibieron casi la mitad de cobertura (46%) entre todas las fuentes partidarias, el tratamiento informativo que se le dio en tres canales fue de franca oposición.

Opinión e información unidas en el noticiero

Hubo diferencias e incluso preferencias abiertas por candidatos entre canales en el tratamiento informativo de algunas noticias. No se separó la información de la opinión a tiempo de presentar una noticia; véase, por ejemplo, estos casos:


Tema noticioso Información textual dada por el medio
Inicio de campaña PPB-CN en Santa Cruz

“Las informaciones dan cuenta que a Manfred Reyes Villa hoy en Santa Cruz le fue como en las encuestas, organizó y protagonizó una marcha para inaugurar su casa de campaña y la convocatoria fue muy poca” (Edgar López, contacto Santa Cruz, Canal 7, 6/10/09).

“Con una masiva caravana se ha iniciado la campaña en Santa Cruz por parte de Convergencia Nacional. Candidatos a diputados por diferentes circunscripciones como también a senadores caminaron hasta su casa de campaña, en la cual los va a recibir el capitán Manfred Reyes Villa” (reportero sin identificar, Unitel, 6/10/09).

Las misas en el inicio de campañas políticas
"Utilizan la fe, la iglesia para tratar de ganar votos. Cada ciudadano tiene su creencia religiosa e imaginamos que sabrán evaluar quién es útil y quiénes utilizan de manera mañosa a la iglesia para hacer campaña. Porque la Biblia lo dice: "cuando quieras orar entra a tu cuarto, cierra las puertas y ora ante Dios no con palabras vanas". Si no lean ustedes Mateo capítulo 6to, 7mo. y 8vo.” (Iván Canelas, Unitel, 5/10/09).

“Vamos a volver a escuchar la frase del vocero. Bueno lo que dice la Biblia por si acaso es que cuando confesares tus pecados los hagas por detrás de tu puerta encerrado, pero, solo. Pero rezar, orar uno puede hacerlo en cualquier parte, eso es lo que dice la Biblia. Qué dicen los manfredistas, critican lo que hace el MAS.” (Ximena Antelo, Unitel, 6/10/09).

“El gobierno critica las misas en el inicio de campaña de opositores. Perciben que se utiliza la fe para ganar apoyo. El portavoz presidencial Iván Canelas. Un oficialista que al parecer conoce muy bien la Biblia (P. Virrueta, Red Uno, 5/10/09).


El sesgo político fue evidente en el canal gubernamental y en otras redes. El Canal 7 realizó una cobertura descalificando a Manfred Reyes Villa en su inicio de campaña, hablando de prebendalismo y también de ausentismo en la concentración realizada en Santa Cruz. Todo lo contrario expresó Unitel, canal que calificó de “masiva caravana” a la misma actividad.

El canal gubernamental —que como ya se ha señalado fue el que más notas difundió sobre las elecciones— usó fuentes del MAS en el 72% de las fuentes partidarias consultadas (Los canales en promedio le asignaron el 46% al partido de gobierno, PPB-CN 21% y UN 14%). La Red UNO cuestionó sistemáticamente al candidato del MAS por negarse a debatir, señalando que presenciar un debate entre candidatos es un derecho ciudadano. La candidatura de UN fue invisibilizada en el canal gubernamental y otros canales le dieron cobertura haciendo notar que está “lejos” en las encuestas.

En ese escenario, cabe destacar que los noticieros abrieron espacios la difusión de propuestas en mayor medida que en otros procesos electorales porque se invitó a candidatos a presentar y discutir propuestas. Sin embargo, no todos los candidatos tuvieron acceso a estos espacios ni recibieron el mismo tratamiento en tiempo y posibilidades de debate.

La sociedad civil organizada no fue fuente informativa en temas electorales; la ciudadanía estuvo presente en las noticias de manera atomizada, mediante sondeos. Dentro de esta modalidad de cobertura, la ciudadanía constituyó la segunda fuente informativa en el total de notas sobre las elecciones (25%), luego del partido MAS.

Las organizaciones sociales de distinto tipo no fueron fuente informativa, entendiendo que existe una multiplicidad de temas relativos al proceso electoral donde la ciudadanía pudo haber estado presente, pues los temas relativos al proceso electoral no se restringen al apoyo o rechazo a candidatos o partidos.

Las mujeres tuvieron una presencia disminuida como fuente informativa: en las noticias, habló una mujer —candidata o ciudadana— por cada cuatro varones.

La cobertura informativa televisiva de la primera semana de campaña contribuyó escasamente al conocimiento de las propuestas programáticas y mostró al menos en cuatro redes televisivas evidentes sesgos informativos a favor de candidaturas.

Desafíos como los de mayor protagonismo ciudadano, inclusión de todos los candidatos, pasar de las consignas a las propuestas, informar sin opinar o informar sin polarizar —sintetizados en la “Guía de cobertura electoral” que elaboró la Fundación UNIR Bolivia con la participación de 80 periodistas de diversos puntos del país— no fueron alcanzados en las noticias de TV de la primera semana del período electoral.

El periodismo en épocas electorales tiene que apostar por la información orientadora y de calidad que, en el lapso observado, más bien estuvo en déficit.
Equipo ONADEM

La Paz, noviembre 28 de 2009

26 de noviembre de 2009

Periodismo en Bolivia: Escenas de una historia (sólo) basada en hechos reales

Santiago Espinoza A.**

Escena 1: Noche de turno en el periódico
Una llamada de último momento a la periodista del área policial alerta de un probable linchamiento en el poblado de Vacas, próximo a la región del Valle Alto cochabambino. Las víctimas serían dos policías delegados a la localidad. Con el recuerdo aún fresco de los tres policías ajusticiados en Epizana, en la redacción se desata una paranoia colectiva. Algunos compañeros sugieren a los que estamos de turno nocturno que nos embarquemos de una vez hacia Vacas; otros creen que es mejor confirmar más datos antes de lanzarnos a la aventura. Al final, le hago caso a los segundos y opto por permanecer un rato más en el diario a fin de buscar con insistencia –vía teléfono- a las fuentes policiales hasta desvirtuar o confirmar el hecho. El discado compulsivo de los móviles policiales se extiende hasta primeras horas del día siguiente, cuando me confirman que todo fue una falsa alarma. Así que todos de vuelta a casa, con anécdotas que contar, pero sin noticias sangrientas que publicar. No, todos no.
A la mañana siguiente, un diario sale a las calles denunciando, en su titular de tapa, el supuesto linchamiento de dos policías en Vacas… y con una foto (apócrifa, claro) del violento hecho cubriendo toda la portada. Al parecer, no todos los periodistas convocados por el rumor de la noche pasada se fueron hasta Vacas o insistieron hasta confirmar o desvirtuar con la Policía el suceso. Como fuere, lo cierto es que el diario en cuestión se mandó tamaña mentira como noticia, haciendo pasar por linchadores a todos los pobladores de una comunidad inocente que, aun a pesar de haber reclamado una sanción legal para los responsables de tal “negligencia”, ni siquiera habría merecido una nota rectificatoria.
Como reportero no son pocas las “metidas de pata” que comete uno en el desempeño de sus labores, pero, en todo caso, resultan ínfimas ante el número de ocasiones en que se sucumbe a la vergüenza ajena. En mi paso por esta profesión no recuerdo un episodio tan bochornoso como el relatado, el cual, por cierto, bien puede ilustrar varias de las taras/deficiencias identificadas por el Observatorio Nacional de Medios (Onadem) en el periodismo boliviano de los últimos años, sistematizadas y consignadas en la publicación que se presenta con el título Medios a la vista. Informe sobre el periodismo en Bolivia 2005-2008.
Al recordar este hecho, que no creo aislado sino sintomático, entiendo a cabalidad esa “baja de confianza ciudadana, el repunte de la improvisación profesional y el recurso frecuente del sensacionalismo” de las que habla este estudio al referirse a la crisis que atraviesa el periodismo boliviano de los últimos años. Bochornos como éste explican que representantes de las instituciones y organizaciones de la sociedad civil de las principales urbes del país crean, en un 49 por ciento, que hace cinco años los periodistas tenían más credibilidad que ahora, tal como lo demuestra una de las investigaciones compiladas en esta publicación. O que -circunscribiéndonos a nuestro entorno más cercano- un 67 por ciento de la ciudadanía cochabambina se manifieste insatisfecho con la imparcialidad de los medios, que un 64 por ciento tenga la misma sensación sobre su honestidad, que un 58 por ciento opine lo propio sobre su credibilidad y que un 54 por ciento desconfíe de su manejo de la verdad, por citar sólo algunos números de este estudio que hablan, con contundencia, de la maltrecha imagen que los medios y sus periodistas proyectan hacia la sociedad.
¿Que a nadie le importa la correspondencia de los hechos difundidos con la realidad capturada? ¿En qué queda la sujeción a criterios técnicos y éticos que garanticen la fiabilidad del mensaje publicado? Eso es lo de menos para muchas de las empresas mediáticas, en especial para las cadenas televisivas, que suelen operar atendiendo a la dictadura de la competencia mercantil y al impulso de soterrados intereses político-económicos. Voy a tratar de ilustrar nuevamente el asunto.

Escena 2: Tarde de monitoreo informativo
La red madre del sensacionalismo en Bolivia lanza la noticia de un accidente de tránsito reciente en la ciudad, apoyada de imágenes “en vivo” del automóvil que se volcó. Los datos principales -el “qué” y el “quién” de la noticia- , aunque precariamente, ya están señalados, por lo que sólo esperamos los complementarios que contextualicen el evento: el “cuándo”, el “dónde”, el “cómo” y el “por qué”. Pero éstos no llegan nunca. A lo sumo, se sobreentiende que el accidente se registró hace algunos instantes, pero de las circunstancias específicas no hay nada. Ni siquiera una referencia vaga al lugar del hecho. Sólo la imagen trémula de la vagoneta volcada y un fondo sonoro con la música de algún thriller cinematográfico.
Indignada, y dejando de lado su rol periodístico para asumir el de espectadora, la colega no llama a la Policía, sino al jefe de prensa del canal en cuestión, un amigo suyo. Le increpa por la falta de profesionalismo al difundir la noticia. Y él sólo atina a explicarle que vieron por conveniente no aportar más detalles del hecho y, en particular, del lugar del siniestro, por temor a que otros medios llegasen ahí y les arruinasen la exclusividad.
No encuentro mejor ejemplo de lo que el estudio del Onadem califica como la “nota semi-informativa”, un subgénero periodístico bastardo parido por la televisión, al que cabe identificar, entre otras señas, por la incoherencia entre el titular y el cuerpo de la noticia publicada, por presentar párrafos con ideas dispersas y no hechos inherentes al asunto principal que es objeto de difusión, y por una ausencia de datos que permitan al lector-radioyente-televidente tener una idea cabal del suceso. Se trata de una suerte de –Onadem dixit- “anti-modelo” periodístico que, lejos de crear certezas en la comunidad, despierta alarma, inseguridad y, en última instancia, desconfianza en la propia fuente generadora de información.
Y cómo crear certezas y generar confianza, si lo nuestro está cada vez más lejos de ser un ejercicio de reconstrucción de la realidad, y se acerca cada vez más al de la adaptación muy libre de la realidad, cuando no al de la invención descarada de ficciones (como la narrada al principio de estas líneas). Mientras los periodistas se extinguen, los “guionistas” se multiplican en el gremio. Parece que ahora importa tanto contar hechos reales como confeccionar historias “basadas en hechos reales” (algunas muy buenas, por cierto). Lo malo es que no es de cine de lo que hablamos. Y no son fines creativos los que dirigen la adaptación de hechos reales en el periodismo, sino afanes más perversos como la competencia mercantil y el combate político.
Ahora bien, sería ingenuo asumir que los periodistas no somos siquiera medianamente conscientes de estas taras. Lo somos. Pero mucho me temo que la actitud que prima no es la autocrítica, indispensable para encarar un proceso de reconducción de la profesión guiado por la búsqueda de mejores estándares de calidad técnica y ética en el registro, procesamiento y difusión de mensajes periodísticos. Al interior del gremio nos seduce la idea de que, en realidad, somos meras víctimas de las circunstancias, es decir, de las precarias condiciones de trabajo en que nos desenvolvemos (cosa cierta y ratificada también el documento del Onadem), de las presiones político-empresariales que ejercen nuestros empleadores y, sobre todo, de la intolerancia de los sectores sociales hacia nuestro trabajo. Y termino con otra historia.

Escena 3: Mañana de cuartel
Tras el amago de Guerra Civil de “enero negro” de 2007 en Cochabamba, un episodio de inflexión para el periodismo local, por los hechos de violencia de los que fueron víctimas los reporteros, la reacción del gremio no sólo se expresó en discusiones, en reclamos airados o en marchas en defensa de la libertad de prensa, sino en un hecho más llamativo: la organización de cursos para corresponsales de guerra en los que participaron el grueso de los reporteros locales.
Mi renuencia principista al cuartel me repelió del curso, al punto que antepuse el trabajo en turno de fin de semana al entrenamiento militar. Pero, a la postre, recalé en el Centro de Instrucción de Tropas Especiales (CITE) en el que se desarrollaba el curso, aunque no para sumarme al entrenamiento, sino para preparar una nota al respecto. Así descubrí entre algunos colegas que, además del compañerismo y la aventura, la razón principal que les llevó a inscribirse al curso fue la preparación ante eventuales coyunturas de violencia callejera, ante eventuales “eneros negros”.
Pero lo que ninguno de ellos se atrevió a reconocer es que la experiencia sufrida en enero reflejó, en buena medida, el deterioro de la imagen del gremio ante sectores importantes de la opinión pública, que ya no parece ver en nosotros personas serias, sensibles y profesionales, sino mercenarios al servicio del escándalo policial y político. Nadie reparó en la cuota de responsabilidad que nos correspondió para que los hechos se hayan dado como se dieron. Ni un atisbo hubo de mea culpa por haber exacerbado el conflicto de enero, apelando a un sinfín de antogonismos (“campesinos versus citadinos”, “Gobierno versus Prefectura”, “Legalidad versus ilegalidad”, etc.), algunos artificiales y mostrados a veces como irreconciliables, en una operación que –según las investigaciones del Onadem- busca “prolongar el enfrentamiento y se alienta en los espacios destinados al periodismo”.
Entonces, me pregunté como me pregunto ahora: ¿No convendría acaso valorar nuestra conducta cotidiana en la cobertura y difusión de la noticia y nuestro papel en el desarrollo de los conflictos? ¿Hasta dónde es aceptable nuestra inevitable propensión al conflicto como materia prima noticiosa? ¿No estaremos convirtiéndonos en meros agentes de conflicto, despojados de la capacidad para distinguir cuándo el conflicto es una consecuencia natural de los hechos y cuándo un procedimiento planificado y digitado por los medios (las empresas), motivado por intereses que van más allá de lo periodístico y precipitado por nuestras desmedidas acciones? ¿Cuán profesional, creíble, confiable, imparcial y honesto será nuestro trabajo para la sociedad? ¿Continúa guiándonos la vocación por crear certezas en la población o nos interesa más ahogarla en un mar de incertidumbres? ¿Vale la pena rifar la calidad periodística a favor de la dictadura mercantil y política de las empresas mediáticas? ¿Hasta dónde podremos inventar o adaptar impunemente la realidad en función a intereses perversos? ¿O es que queremos nuevos “eneros negros” para seguir despotricando contra todos -menos contra nosotros mismos- , pero sin resolver nada? ¿No sería prudente, además de “armarnos para la guerra” en cursos de corresponsales, conocer cuál es la imagen que tiene la población en torno a nuestro trabajo y, en función a ello, reconducir nuestro comportamiento laboral? …
Creo que recién ahora, con este documento en las manos, he encontrado algunas respuestas. Ojalá que el gremio en su conjunto procure también encontrarlas. Y ojalá que los colegas que las busquen pasen de las páginas del libro que dan cuenta de las agresiones a periodistas y medios, e indaguen en el porqué de estas condenables conductas.
** Periodista, docente universitario. Responsable de la Iniciativa de Comunicación e Investigación de la Fundación UNIR en Cochabmba.

10 de noviembre de 2009

La cobertura informativa de los procesos electorales

Vania Sandoval Arenas


La democracia implica “poder en público”. Esto significa que no sólo representa una forma de organización del poder político que permite la elección mediante el voto ciudadano de autoridades y programas de gobierno, sino también representa la expresión pública del ejercicio del poder.

Esto quiere decir que el gobierno tiene que actuar transparentemente y que los ciudadanos tienen que tener participación que vaya más allá del ejercicio del voto. Y la forma que tienen los ciudadanos para participar en el espacio público, primero, y también incidir en la configuración de políticas públicas, está estrechamente ligada a los medios de comunicación, que son escenario y actores de lo político (actores por que inciden en el campo político, en la pugna de ideas que movilizan a la sociedad). La información, entendida como bien público perteneciente a toda la colectividad, es un insumo fundamental para la participación democrática, para que se puedan ejercer los derechos ciudadanos.

Al ser la democracia una forma de gobierno que requiere presencia y participación de mayorías y minorías, y ser idealmente un sistema que permite el debate público y la transparencia de la deliberación de los temas de interés colectivo, requiere unos medios de comunicación plurales, que reflejen las diferentes ideas y propuestas políticas, económicas y sociales, que pugnan por recibir el mayor consenso posible para efectivizarse como políticas públicas.

Es necesario entonces, ligados como están los medios con la democracia, que existan mecanismos para que los diferentes grupos sociales estén presentes en el debate público de manera plural, asegurando el respeto a las minorías y abriendo lo más posible los mecanismos de participación ciudadana, tanto en los medios como en los mecanismos de poder público. Es necesario abrir los espacios para la deliberación social de los temas de interés colectivo, visibilizando los temas y todas sus posibles interpretaciones. Eso significa trabajar por un Periodismo para la Democracia., centrado en la información periodística como bien público, común y estructurante de la democracia. En procesos electorales, se visibiliza especialmente la necesidad de ejercer un periodismo comprometido con el derecho ciudadano a la información.

El Observatorio Nacional de Medios (ONADEM), realizó estudios de análisis cuantitativo y cualitativo respecto a la cobertura informativa de los procesos electorales desde las elecciones nacionales de diciembre 2005.

En términos generales, las coberturas electorales se caracterizaron por:

- Otorgar cobertura a un número reducido de fuentes. Por ejemplo, en las elecciones nacionales de 2005 se dio cobertura a tres candidatos (Evo Morales, Manfred Reyes Villa, Samuel Doria Medina). El resto quedó invisibilizado.

- Dar escasa presencia a los programas y propuestas sociales, económicas y políticas, y centrarse en las confrontaciones derivadas de las campañas electorales. Reducir las propuestas a slogans, sin contexto ni profundización.

- Centrarse en la línea de discursos polarizados del gobierno vs oposición, dando un lugar secundario a los temas centrales que eran objeto de la elección. Es decir, proyecto de nueva CPE, Referéndo Pro Estatutos Autonómicos, Propuestas programáticas relativa a las elecciones para la Prefectura de Chuquisaca.

- No separar la información de la opinión. En escenarios conflictivos, hubo medios y periodistas que se alinearon explícitamente con uno de los discursos polarizados y emitieron opiniones al mismo tiempo que daban información. Por ejemplo, en la cobertura informativa de los referéndos por estatutos autonómicos, y también en las elecciones por la prefectura de Chuquisaca, periodistas de radio y TV expresaron el mismo discurso que los actores políticos, en un espacio noticioso y no editorial.

- Trabajar centralmente con la agenda temática determinada por los estrategas de campaña de los políticos en competencia, sin indagar respecto a la agenda ciudadana, es decir, las preguntas y las preocupaciones de los votantes. Los temas cubiertos coincidían con los temas de los discursos de los actores políticos más visibilizados.

Es necesario destacar que existieron medios y periodistas que sí dieron cobertura a más actores, y abrieron espacios de debate. Con fines ilustrativos, citamos solamente las tendencias generales, y no las excepciones. Mayores datos sobre la cobertura informativa de las elecciones 2005, proceso constituyente, referendos por estatutos autonómicos, y otros procesos electorales, pueden encontrarse en “Medios a la Vista, informe sobre el periodismo en Bolivia” (publicado también en versión pdf en: www.unirbolivia.org).

El ONADEM está trabajando actualmente en el análisis de la cobertura informativa del proceso electoral 2009, y presentará próximamente los avances de un trabajo titulado “Propuestas Vs. Campañas”.

28 de octubre de 2009

El empleo y sus problemas no son prioridad noticiosa

Vania Sandoval Arenas- ONADEM



¿La relevancia social de la problemática laboral está expresada en lo que publican los diarios bolivianos sobre este tema? Para responder esta pregunta, el Observatorio Nacional de Medios ONADEM realizó un monitoreo durante ocho meses (noviembre 2008 a junio 2009) sobre la cobertura informativa a la temática laboral en cinco diarios.

La información sobre el tema laboral publicada en los diarios La Razón, El Deber, La Prensa, El Diario y Los Tiempos en la mayoría de los casos se presenta como noticia simple. Existen pocas notas ampliadas que incluyen un mayor espacio e incorporan entrevistas y otros géneros periodísticos (7%).

Al hablar de la problemática laboral, se habla de demandas laborales en un 27% de casos ( incremento salarial y reconocimiento de beneficios sociales), desempleo (13%) y despidos (10%). Generalmente las notas informativas que abordan temas laborales hablan de conflictos que han generado medidas de presión o amenazas, o difunden nuevos datos generados por instituciones oficiales o privadas sobre empleo o desempleo. Los derechos laborales, horas de trabajo, trabajo de las mujeres, trabajo infantil, no son temas destacados en la cobertura informativa.

Entre los cinco diarios tomados como muestra, El Deber de Santa Cruz dedicó el mayor número de notas publicadas sobre la problemática laboral (27%), seguido muy de cerca por La Prensa de La Paz (26%). Los Tiempos de Cochabamba y El Diario de La Paz publicaron el 17% cada uno, y La Razón de La Paz el 13%.

La relevancia asignada por los diarios a las notas informativas fue medida mediante la clasificación de las mismas en nota principal y nota secundaria. Se publicaron más notas secundarias con 56% y un 44% de notas principales.
Desglosando las 661 notas informativas publicadas en los cinco diarios estudiados en ocho meses, existen en promedio 2,75 notas por día en los cinco periódicos, y 0,5 notas por edición diaria. Eso significa que los diarios analizados no otorgan un un espacio destacado a la problemática laboral. Los temas del empleo, sub empleo y desempleo no son prioridad en la oferta noticiosa, según los datos encontrados.

¿Quiere la gente leer más noticias sobre el tema en cuestión? Al ser el empleo una preocupación central de la sociedad boliviana, los líderes sociales entrevistados por el ONADEM el año 2006 consideraron que los medios deberían reforzar su rol educativo en la sociedad boliviana y presentar más información relativa a las condiciones de trabajo individual y colectivo.

Los representantes de instituciones y organizaciones de la sociedad civil de 10 ciudades bolivianas señalaron que habría que incrementar la cobertura de temas que hacen a la vida cotidiana de la población. El 25% de los entrevistados —dirigentes de organizaciones e instituciones sociales— demandó mayor información sobre condiciones laborales y problemática del empleo en Bolivia.

Pese a la reducida presencia cuantitativa de la temática laboral en la prensa, destaca la importancia cualitativa de notas informativas en torno al empleo. Como ejemplo de las noticias y reportajes sobre el tema que dejaron huella, basta recordar el famoso reportaje de Roberto Navia Gabriel “Esclavos made in Bolivia”, publicado a mediados del 2006 http://www.eldeber.com.bo/esclavos/index.html , que ganó el premio de periodismo Ortega y Gasset. La problemática laboral, en el segundo país más pobre de América Latina, es un tema central en la agenda ciudadana.

12 de octubre de 2009

La publicidad del trabajo sexual en la prensa boliviana: Cuando la salud es lo de menos

Por: Erick Torrico y Mariana Pérez


Solamente 2 de los 10 diarios bolivianos que publican de forma regular anuncios pagados de promoción del trabajo sexual incluyen mensajes relacionados con la salud de las personas involucradas.


El Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) —iniciativa de la Fundación Unir Bolivia— estableció esa situación mediante un análisis que en principio contempló a 18 periódicos de La Paz (La Razón, La Prensa, El Diario y Cambio), El Alto (El Alteño), Santa Cruz (El Deber, El Mundo y El Nuevo Día), Cochabamba (Los Tiempos y Opinión), Tarija (El Nuevo Sur, El Nacional y El País), Sucre (El Correo del Sur), Potosí (El Potosí), Oruro (La Patria) y Beni (La Palabra del Beni).


Sin embargo, efectuada la primera revisión verificó que 8 de esos medios no contienen ese tipo de publicidad que sí aparece en el restante 56% de los diarios seleccionados para el estudio.


La muestra, tomada al azar, comprendió dos ediciones de cada diario, una correspondiente a un día hábil (el martes 28 de abril de 2009) y otra a un fin de semana (el sábado 2 de mayo de 2009).



Esto significa que la promoción del trabajo sexual está concentrada (95,29%) en la prensa de las ciudades de Cochabamba (32,6%), La Paz (24,8%), Santa Cruz (20,8%) y Sucre (17,09%); la proporción de avisos publicados en las otras 3 ciudades (Tarija, Potosí y El Alto) sólo alcanza al 4,71% en conjunto.
Más oferta que demanda


El análisis del contenido de los avisos diferenció la “oferta” de la “demanda”, esto es, los servicios ofrecidos y los servicios o personal requeridos, respectivamente. En síntesis, el ONADEM evidenció que prima la oferta, con el 94,2%; lo demás corresponde a propuestas de empleo en el sector:



Perfil de los servicios

Los servicios que son ofertados en los anuncios periodísticos van desde los de “dama de compañía” hasta la venta de afrodisíacos:



En algunos casos, en particular en Sucre y Potosí, los avisos hacen referencia a prácticas sexuales poco convencionales.

Los servicios ofrecidos por varones (3,4%), gays (1,4%) y travestis (1,3%) contrastan con la abrumadora oferta de servicios femeninos: 93,9 por ciento.
Imágenes y adjetivos de la atracción

Aunque solamente el 4,7% de los anuncios acude a presentar imágenes fotográficas o ilustraciones en blanco y negro, todas ellas son de mujeres en traje de baño y en muchos casos en poses sugestivas. Las fotos suelen ir acompañadas de la frase “100% reales” o de otras como “Gran promoción”, “Hermosas señoritas” o “Placer completo”.

En las ofertas de servicios femeninos abundan adjetivos como “hermosas”, “preciosas”, “sensuales”, “cariñosas”, “sexis”, “fogosas” o “ardientes”, en tanto que para los de varones aparecen calificativos como “atractivos”, “dotados”, “musculoso”, “divino” o “guapo”. En el caso de los travestis se habla de “simpática”, “bella”, “exuberante”, “ardiente”, “siliconada” o “elegante”.

Una diferencia que cabe destacar es la de los avisos de oferta de servicios femeninos publicados en Santa Cruz, que más bien acuden a expresiones persuasivas: “Llame, podría ser la chica que está buscando”, “Están locos si todavía no nos conocen” o “En el jardín del Edén todas somos flores sin igual”.

Arquetipos y estereotipos

Los contenidos de la publicidad del trabajo sexual también contribuyen a reforzar ciertos patrones de belleza considerados ideales (arquetipos) como algunas simplificaciones prejuiciosas (estereotipos).

En lo primero destacan la mención de medidas corporales definidas como perfectas (90-60-90) o próximas a ellas, así como descripciones de las facciones, los ojos, el color de la piel, la estatura u otras semejantes; mientras que en lo segundo, sin que sea algo predominante, aparecen referencias al lugar de procedencia de las trabajadoras sexuales: cuando se lo cita se habla de que son “del interior” —esto es de ciudades distintas a aquella donde es publicado el anuncio— o “extranjeras”, con lo que la localidad propia queda a buen resguardo de cualquier valoración.

Amor con precio

Otro factor relacionado con la apreciación que pueden hacerse los lectores o las lectoras de estos avisos respecto de las personas que ofrecen servicios es el del precio de los mismos, que oscilan entre 150 dólares y 30 bolivianos (4,2 dólares) la hora, en evidente jerarquización de la dignidad de dichas personas.

A ello se suma, en determinados casos, la oferta de “cerveza gratis” o de “reclame su obsequio”, que se complementa en el otro extremo con apelaciones a la privacidad (“Absoluta reserva”) o al status (“Lugar de alto nivel”, “Sólo ejecutivos”).

La contratación de los servicios, según los avisos, puede ser hecha fundamentalmente mediante llamadas a números de teléfonos móviles, salvo en los casos de “salas de masajes” que cuentan con teléfonos fijos. Figuran asimismo algunos portales de Internet.

Creciente promoción mediática

Los anuncios pagados de promoción del trabajo sexual en la prensa se han incrementado visiblemente y también están apareciendo con fuerza en espacios nocturnos de la televisión abierta. Contrariamente, la preocupación por los temas de la salud en el sector no muestra avances.

El análisis efectuado por el ONADEM encontró que apenas 19 de los 1.041 avisos publicados en las dos fechas de la muestra considerada consignaron la advertencia “Exija carnet de control médico” (en el diario El Potosí) y que sólo el periódico El Correo del Sur, en su sección “Intimidades”, incluyó un mensaje general del Servicio Departamental de Salud de Chuquisaca que decía “Exija su carnet de control médico. Porque todos somos responsables de ti. Y tú eres responsable”.

29 de septiembre de 2009

Desequilibrios en el uso de fuentes informativas

Sandra Villegas
Coordinadora Metodológica ONADEM
svillegas@unirbolivia.org

Si no se acude regularmente a fuentes diversas y visiones ideológicas diferentes, así como a voces y rostros distintos para garantizar el acceso ciudadano a información equilibrada y evitar la polarización política, social o regional, la falta de ecuanimidad informativa puede empobrecer el periodismo boliviano.

La ecuanimidad ─uno de los estándares de calidad periodística─ es un requisito del derecho de recibir información variada y fidedigna. Ésta puede ser analizada a partir del uso de fuentes que representen a partes y contrapartes, en especial, en noticias sobre política, conflictos y casos de corrupción.

Un estudio del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) efectuado el 19 de mayo de 2009 (día elegido al azar) sobre 18 diarios y noticieros centrales radiofónicos y televisivos identificó 152 noticias que debieron utilizar fuentes con parte/contraparte de las cuales el 56% (85) careció de esos componentes mientras el 44% (67) sí los tuvo.

En la comparación por tipo de medio, la prensa (60%) publicó noticias más ecuánimes que las emitidas en televisión (28%) y radio (12%).



Los medios más ecuánimes fueron los diarios Opinión (15%) y Los Tiempos (12%). Por el contrario, los medios que no presentaron noticias plurales en el día tomado como muestra, fueron radio Oriental y radio Milenio.

Por otro lado, el 19 de mayo, la agenda mediática general ─grupo de temas noticiosos que los medios privilegian─ destacó noticias sobre hechos políticos (15%), violencia y espectáculos (6% cada una). La agenda de los diarios priorizó la economía (17%), la radiofónica enfatizó la política (17%) y la televisiva resaltó la delincuencia/violencia (10%).

Se puede decir que sí hubo variedad de temas; sin embargo, se priorizó (por mayor frecuencia) los espectáculos y los robos sobre las noticias locales relativas a educación, capacitación y desarrollo municipal.

Esta muestra analizada en un día normal del trabajo periodístico evidenció que persiste la falta de ecuanimidad en los enfoques noticiosos y de fuentes informativas, dado que el 56% de noticias que requerían parte y contraparte no las tuvieron.

Si se mejoran los niveles de ecuanimidad del periodismo boliviano actual podrá no sólo mejorar su calidad sino también combatir y prevenir cuatro fallas frecuentes en el procesamiento de la información: la falta de contexto o antecedentes, la verificación, el falseamiento y la tergiversación de la información.

21 de septiembre de 2009

Publicación de la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios

¿DESARROLLO? ENCUENTROS Y DESENCUENTROS ENTRE MEDIOS Y CIUDADANÍA


Óscar J. Meneses Barrancos*

Los estudiosos de la compleja relación que existe entre la prensa —tomada ésta como actor político neto— y el desarrollo —entendido éste como componente multidimensional del accionar conjunto de los distintos sujetos sociales que se procuran mejores condiciones de vida- serán los beneficiaros directos de la publicacón ¿Desarrollo? Encuentros & Desencuentros entre Medios & Ciudadanía, obra que por la forma de combinar la exploración urgente y la mirada crítica, se constituye en un importante insumo para periodistas y analistas sociales.

Editado por la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria, bajo la coordinación de la comunicadora peruana Rosa María Alfaro, el libro está dedicado a la diseminación comentada de los resultados de 39 procesos investigativos —32 monitoreos de prensa y siete grupos focales— comprometidos con la exploración de la mencionada relación. Dichas investigaciones, llevadas adelante al unísono y por temporadas en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Perú y Venezuela, estuvieron coordinadas por la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios —representada en la actualidad por diez organizaciones de la región dedicadas al estudio de medios, entre ellas el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM), de la Fundación UNIR Bolivia— y aportaron en el caso de los monitoreos un universo de 7.955 notas periodísticas publicadas entre noviembre de 2007 y agosto de 2008, y repartidas entre 41 periódicos oriundos de esos ocho países latinoamericanos.

Como refiere Alfaro en la Introducción de la publicación, los estudios descritos tuvieron como interés primario observar la manera en que el desarrollo forma parte de los contenidos de los periódicos nacionales en Latinoamérica y, a partir de ahí, identificar y comparar a escala regional presuntas concomitancias entre oferta periodística e interés público de los lectores. El establecimiento de las características de una esperable cultura del desarrollo entre medios y ciudadanía representó, en tal progresión, el fin último del trabajo conjunto. Y en ello hace especial énfasis el libro.

Uno de los hallazgos principales en tal sentido es, por ejemplo, la existencia de un extendido predominio de percepciones equivocadas sobre el concepto de desarrollo expresadas por la prensa, las cuales, a fuerza de reiteración, han provocado escepticismo en los ciudadanos lectores respecto de los efectos de las acciones con aquél consubstanciadas.

Otro, vinculado más bien a los protagonistas del desarrollo, tiene que ver con la identificación de que “El desarrollo económico es aún visto en varios países latinoamericanos como una tarea de responsabilidad exclusiva de gobiernos y no como un problema que afecta y compromete a toda la sociedad, incluyendo empresarios privados y organizaciones no gubernamentales”, tal cual rescata se rescata en el Prólogo.

En síntesis, en sus distintas partes, dispuestas en 327 páginas, el libro ofrecido por Calandria trabaja con renovados argumentos la tesis de que el tema del desarrollo, asumido con seriedad y sin subterfugios, puede convertirse en el factor eje de la recomposición de la relación entre medios y público.


(*) Profesional en Gestión de Conflictos de la Fundación UNIR Bolivia. Trabajó como responsable de los monitoreos sobre prensa y desarrollo realizados por el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) en coordinación con la Red Latinoamericana de Observatorios de Medios.

9 de septiembre de 2009

GOBIERNO Y MEDIOS: UNA RELACIÓN DE OBSTRUCCIÓN Y CONFLICTO BAJO UN MODELO DE COMPETENCIA

Carina Osio*


Durante los primeros dos años de gestión del Gobierno del Movimiento al Socialismo (MAS) la relación de éste con los medios privados se ha caracterizado por responder a un modelo de competencia, en el cual ambos actores se esforzaron por fijar, controlar e interpretar la agenda pública. La relación de obstrucción entre ambas partes tuvo carácter cotidiano, mientras que la relación de conflicto tendió a intensificarse.

Una investigación realizada entre enero 2006 y enero 2008 examinó el carácter de las relaciones entre el Gobierno del MAS y los medios privados de comunicación mediante el análisis del discurso informativo (199 notas) y de opinión (116 notas) reflejado en los principales diarios del país: La Razón y La Prensa (La Paz), El Alteño (El Alto), El Deber y El Mundo (Santa Cruz), Los Tiempos y Opinión (Cochabamba), Nuevo Sur y El País (Tarija), Correo del Sur (Sucre), El Potosí (Potosí) y La Patria (Oruro) y contrastado con el discurso gubernamental (97 discursos del Presidente Evo Morales).

Desde el punto de vista metodológico, este estudio buscó responder a dos preguntas centrales: ¿qué dice el Gobierno de los medios? y ¿qué dicen los medios del Gobierno? con el fin de rescatar y examinar las generalidades de los argumentos de sospecha acerca de la otra parte – los cuales generalmente tomaron la forma de denuncias o acusaciones – pero también de los argumentos de defensa frente a dichas sospechas.

Bajo este escenario general, un análisis exhaustivo de las notas de prensa relevantes y los discursos del Presidente Evo Morales, ha permitido identificar los principales argumentos que han caracterizado a la dinámica sospecha – defensa mencionada previamente. Éstos son:


SOSPECHA DEL GOBIERNO ¿Qué dice el Gobierno de los medios?

El Gobierno sospecha que los medios:

• Son su mayor oposición y su principal enemigo.
• Mienten, tergiversan y manipulan la información.
• Utilizan la libertad de prensa como pretexto para defender intereses empresariales.
• Son adversos al MAS.
• Responden a intereses de la derecha.
• Están vendidos a Gobiernos anteriores.
• Someten al Gobierno a un “terrorismo mediático”.
• Atacan, acusan, persiguen, humillan y discriminan.
• Acusan a personeros del Gobierno de “racistas”, “locos”, “ignorantes” e “incapaces de gobernar”.
• Son un problema para la democracia.

SOSPECHA DE LOS MEDIOS ¿Qué dicen los medios del Gobierno?
Los medios sospechan que el Gobierno:

• Pretende limitar el derecho a la información y a la comunicación en Bolivia.
• Mella la credibilidad de los medios privados.
• Hace generalizaciones que afectan a todo el sector periodístico.
• Daña la imagen de los medios en el mundo.
• Quiere subordinar a los medios independientes al poder estatal en la medida que impide que se manifiesten opiniones divergentes a las de su mandato.
• Emite amenazas y advertencias contra el papel de los medios.
• Utiliza los medios estatales como medios gubernamentales y, de hecho, creó una red de radios comunitarias con fines políticos.


DEFENSA DEL GOBIERNO
¿Qué dice el Presidente de los medios?

El Gobierno se defiende y asegura que:

• Es falso que no se respete la libertad de información y de expresión en Bolivia.
• Los medios en Bolivia no se encuentran bajo el acoso gubernamental.
• Utiliza los medios estatales a su favor para poder estar en contacto con la sociedad.
• La red de radios comunitarias sirve para evitar que el control mediático quede en pocas manos y ayuda a contrarrestar la información tergiversada de los medios privados.
• Los propietarios de los medios obligan a los periodistas a mentir.
• Son los movimientos campesinos indígenas los que están escuchando las tergiversaciones de los medios y reaccionando en su contra.

DEFENSA DE LOS MEDIOS
¿Qué dicen los medios del Gobierno?

Los medios se defienden y afirman que:

• El Gobierno maneja un doble discurso porque mientras algunos funcionarios aseveran que se garantiza el trabajo de la prensa, el Presidente emite declaraciones contra los medios.
• Desde que Evo Morales asumió el poder aumentó la tensión en las relaciones entre el Gobierno y los periodistas.
• A raíz de declaraciones del Presidente se han suscitado agresiones físicas y verbales a periodistas y medios por parte de los movimientos sociales y grupos afines al MAS.
• Si prevalecen las notas que reflejan los errores del Gobierno, es debido a su mala administración.
• No reciben presiones de la línea editorial del medio cuando realizan su trabajo.
• El Gobierno quiere que los titulares destaquen únicamente el lado bueno de su mandato y no acepta críticas de ningún tipo.


Así también, el estudio destaca que la interacción conflictiva entre Gobierno y medios estuvo generalmente plasmada en la primera plana de los diarios, la mayor cantidad de notas relacionadas dentro de la muestra elegida se presentaron en La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Oruro, el contenido de las notas en general mostró al Gobierno del MAS y, en especial, al Presidente Evo Morales claramente confrontado con los medios de comunicación, los diarios que dieron mayor cobertura a esta temática tanto en el género informativo como en el género opinativo fueron “La Razón”, “La Prensa”, “La Patria” y “El Deber”.

Desde un punto de vista estadístico, las sub-temáticas relativas a la relación medios-Gobiernos que tuvieron mayor cobertura en la prensa – medida por el número de notas respecto del total de notas relevantes – fueron: 1) las críticas hacia el Presidente debido a las agresiones realizadas por éste a los medios y 2) los reclamos de los propios medios y su gremio a favor de la libertad de prensa.

En la misma línea, los titulares de los diarios considerados en la muestra otorgaron prioridad al Presidente en una faceta de constante oposición con los medios privados (e.g. “Evo bajo el tono de su discurso pero se estrella contra la prensa”, “Evo acusa a los medios”, “Evo se siente víctima de los periodistas”, “Morales dice que la prensa llega a humillar y a mentir”).

Por su parte, los medios y periodistas exhibieron una faceta de constante reclamo y denuncia a través de titulares tales como: “Ataques a la prensa de Morales son violación a derechos humanos”, “Periodistas denuncian plan de amedrentamiento y exigen garantías”, “El Presidente quiere que los periodistas revelen fuentes”, “Periodistas protestan por trato que reciben de la seguridad de Morales”.

En la misma línea, es frecuente el uso de términos sensacionalistas tales como “amenazar”, “arremeter”, “estrellarse” y “atacar” para referirse a las acciones o declaraciones del Gobierno acerca de los medios privados (e.g. “Evo arremete contra medios de prensa y pide apoyar mandato popular”, “El presidente Evo Morales vuelve a atacar a la prensa”).

Un análisis similar de los discursos del Presidente Evo Morales mostró una clara oposición del Gobierno al accionar de los medios, aunque con una interesante evolución en el tiempo.

Durante su primer año de gestión acusó al sector mediático en general de ser enemigo de su Gobierno y su principal oposición; mientras que a mediados de 2007 su discurso cambió notablemente, al señalar que los periodistas son en realidad afines a su propuesta política pero que los propietarios de los medios son efectivamente opositores del Gobierno y éstos, haciendo valer la relación patrón-empleador, obligan a los periodistas a mantener la línea opositora del medio. (e.g. “siento que a la oposición algunos medios de comunicación la están sustituyendo” 2006, “En Bolivia, el periodista que ofende y que ataca a Evo Morales tiene garantizado su fuente de trabajo, el periodista que no ataca está afuera, especialmente en esos medios de comunicación que sus dueños son empresario” 2007).

Otro rasgo importante en sus discursos fue la generalización de sus críticas a todos los medios privados y periodistas sin distinción (e.g. “Uno de los enemigos que tenemos son evidentemente los medios de comunicación”). Las alusiones negativas hacia los medios no estuvieron presentes en todos sus discursos, pero si fueron intensas y repetitivas en algunos de ellos.

Como se describió en la sección anterior, la hostilidad y el antagonismo se evidenciaron constantemente en las denuncias del Presidente en contra de los medios y viceversa. Estas acciones, basadas en una marcada presencia de denuncias, evolucionaron de un estado o carácter de obstrucción a otro de conflicto en un creciente número de episodios a medida que este antagonismo se fue haciendo más intenso, exacerbado por la inclusión de otros actores en la problemática (e.g. los medios denunciaron agresiones a periodistas y sus instalaciones e identificaron como primer responsable al Presidente Morales quien, mediante sus discursos, habría incentivado a que grupos afines al MAS y movimientos sociales a realizar estos actos).

Desde el punto de vista de los medios, se observó que éstos procuraron aprovechar la influencia que tienen sobre la sociedad para desacreditar las acciones del Gobierno, a través de sus notas informativas y de opinión, en una suerte de tarea de desprestigio contra el Gobierno. Por parte del Gobierno, una similar tarea contra los medios se evidenció en las declaraciones del Presidente, valiéndose de terminología destinada a cuestionar la labor social de éstos, como por ejemplo “terrorismo mediático”, “enemigos del Gobierno”, “corruptos”, “vendidos a la derecha” y “provocadores”.

Adicionalmente, en el marco de las relaciones de obstrucción y conflicto descritas, se ha podido identificar un intento por debilitar a la otra parte asumiendo un rol de “victima” con el fin de ganar la empatía de la sociedad. Las continuas denuncias de los medios privados en contra del Gobierno respecto a libertad de prensa y la desacreditación de los medios son ejemplos de esto.

En contrapartida, el Gobierno mostró un comportamiento similar cuando el Presidente se declaró “victima de los medios” y los acusó de propagar difamaciones y de formar parte de un plan en su contra para generar temor entre la población y desestabilizar a su Gobierno (e.g. rumores de “corralitos bancarios”, “desdolarización” y “atentados contra la propiedad privada”).

En conclusión, la investigación permitió concluir que el carácter de la relación Gobierno - medios privados, se basa en un modelo o estrategia de intensa competencia por el reconocimiento y aprobación de la sociedad; las relaciones de obstrucción se tornan rutinarias y las relaciones de conflicto han venido aumentando en frecuencia e intensidad, especialmente si se compara la actual relación entre medios y Gobierno con la que experimentaron los primeros con Gobiernos pasados, donde ocasionalmente se identificaban relaciones basadas en la cooperación y la alianza.

Bajo este particular entorno, que tiende a auto-sostenerse en el tiempo y que afecta la imparcialidad de los emisores de los mensajes, la sociedad en general se ve en la necesidad de realizar mayores esfuerzos para conocer los hechos que le interesan de manera oportuna e imparcial, para así formar su opinión y actuar en consecuencia; esto implica actuar tal y como describe una broma muy conocida en la actualidad que dice: “cuando deseo conocer sobre algún tema controversial primero considero la versión de los medios privados y luego la versión del Gobierno, la verdad debe estar más o menos en el medio”.

*Carina Osio es comunicadora social. Realizó pasantías en el ONADEM.

1 de septiembre de 2009

Una agenda de los electores para los medios

Marisol Murillo Velásquez*
mmurillo@unirbolivia.org


¿Qué espera la gente de los medios de comunicación en este proceso electoral? La Agenda Ciudadana Elecciones 2009 recogerá precisamente esas expectativas en diferentes regiones del país. Se trata de una suerte de pliego petitorio de los ciudadanos hacia los medios y los periodistas. Es la expresión pública de sus demandas de información como usuarios cotidianos de los mensajes mediáticos y como ciudadanos ejerciendo su derecho a información de calidad.

La Agenda Ciudadana es un recurso que se ha puesto en marcha en distintos países de América Latina como una de las varias formas de poner en voz alta, en los medios y para los medios, la palabra de la gente sobre distintos temas de su interés.
Representa el punto de vista de la ciudadanía sobre asuntos de interés público, que la vincula como sujeto político que pone temas de interés en el espacio público, dice la comunicadora colombiana Ana María Miralles, quien ha apoyado la construcción de este tipo de agendas en su país.

Así, se han hecho agendas ciudadanas para que la gente diga su opinión sobre la privatización de los parquímetros en una ciudad o en los municipios para priorizar las obras más importantes según el criterio de la ciudadanía.

En Perú, aunque no con ese nombre, se han desarrollado variadas experiencias de consulta ciudadana sobre la tele que quiere la gente, los programas que deberían permanecer y salir de los canales, entre otros temas que han generado debate y han hecho posible que los mismos se discutan públicamente. Es decir, los temas de la gente en la arena pública, ejerciendo ciudadanía, fortaleciendo la democracia.
La Fundación UNIR se ha propuesto impulsar esta inédita experiencia en Bolivia, que posibilite -en estos tiempos de confrontación- espacios de encuentro y reflexión conjunta entre ciudadanos, ciudadanas y periodistas, para ver el rol de los medios en democracia a partir del tema electoral.

Es un desafío colectivo. Se construirá la Agenda Ciudadana Elecciones 2009 recogiendo las demandas pero también las propuestas de voces de diferentes ciudades capitales y regiones. En otras palabras, esta Agenda será la expresión pública de la demanda y propuesta ciudadana a los periodistas y medios para un tratamiento informativo más democrático de las Elecciones Generales.

A través de conversatorios entre sectores sociales y periodistas de las regiones, de diálogos con ciudadanos de a pie, y mediante un blog de consultas para bolivianos en el exterior que votarán por primera vez se configurará la Agenda hasta octubre, momento justo cuando las campañas y la cobertura electoral en los medios se hagan intensas.

El documento ciudadano se socializará y enfrentará el reto de batallar para hacerse escuchar en la agenda de los medios. La idea es que su contenido sirva para alimentar el debate sobre las elecciones, propuestas y candidatos, incorporando los temas que la gente de diferentes regiones y grupos considera importantes para elegir mejor en diciembre.

La Agenda contendrá además preguntas hacia los candidatos para que los periodistas puedan canalizarlas como requerimiento de la ciudadanía.
Un primer ejercicio, un primer intento nacional de ejercicio del Derecho a la Información y Comunicación en época electoral de una ciudadanía que quiere reivindicar su voz ante los medios.

*Comunicadora social, responsable del Componente de Medios y Sociedad de la Fundación UNIR

17 de agosto de 2009

Las elecciones de Ecuador 2009 en tres diarios bolivianos: Apuesta al ganador y crítica a la “ecuación populista”



Bernardo Poma Ulo

Para tres diarios nacionales la figura política de Rafael Correa, como gobernante, candidato favorito y fuente noticiosa, fue el centro mayoritario y coincidente de la cobertura informativa de las elecciones generales ecuatorianas del pasado abril. Sin embargo, sobre todo en opinión, diferenciaron su abordaje sobre los discursos de la oposición y el oficialismo ecuatorianos.


Esas características y significados construidos fueron estudiados por el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) en las escasas 24 noticias publicadas —apenas una cada día— por los diarios El Deber (Santa Cruz), La Razón (La Paz) y Cambio (La Paz), durante dos semanas antes y una después del día de las elecciones (26 de abril).

La fuente principal en las noticias fue Rafael Correa, mencionado en casi la mitad de los casos (42%), frente al 19% del conjunto de los otros candidatos. En concordancia, en los contenidos relacionados a Ecuador, la mayoría de las noticias se refirió a las cualidades del candidato presidente como líder y favorito en las elecciones (33%). En segundo lugar, las noticias presentaron críticas de la oposición política dirigidas a Correa e incluso a los resultados (22%): “Gutiérrez pide fiscalizar” (La Razón, 27/04/09),”Gutiérrez no acepta los resultados” (El Deber, 27/04/09). Estas críticas, sin embargo, no fueron presentadas por el diario Cambio.

El proceso electoral (cierre de campaña y legitimación por los observadores internacionales) fue objeto de tratamiento en tercer lugar (19%), sin mayores variaciones en los tres diarios.

Otras diferencias informativas se manifestaron en los diarios bolivianos al significar el “Socialismo del siglo XXI” o la “revolución ciudadana”. Por ejemplo, en sus titulares, dos de ellos marcaron distancia explicitando a la fuente y autor de dicho planteamiento: “Correa dice que extremará el socialismo en Ecuador” (La Razón, 28/04/09), ´Correa fue ratificado y anuncia que profundizará su ‘revolución’” (El Deber, 28/04/09). El otro medio asumió como hecho consumado el discurso principal de Correa: “Triunfó la Revolución Ciudadana” (Cambio, 27/04/09).

Respecto del significado que las elecciones ecuatorianas tendrían específicamente para Bolivia, El Deber y Cambio expresaron ideas contrapuestas. En el diario Cambio se equiparó a la oposición ecuatoriana, regionalizada en Guayaquil, que de manera similar a la “media luna” boliviana plantea un “discurso economicista, disgregador, autonomista y hasta secesionista” (27/04/09). Respecto del mismo aspecto, El Deber resaltó y dio cobertura a las declaraciones del candidato opositor ecuatoriano Álvaro Noboa quien criticó la conducción política actual en Bolivia: “Para candidato ecuatoriano, Bolivia va hacia la ‘africanización’" (titular de El Deber, 17/04/2009).

La diferencia fue más notoria en las notas de opinión que fueron presentadas sólo por Cambio y La Razón, en tanto que El Deber no lo hizo. Los contenidos de opinión presentaron significados opuestos; por un lado, sólo Cambio, en dos subeditoriales, asumió posiciones propias como medio, las cuales fueron concordantes con el oficialismo ecuatoriano y boliviano. Específicamente, dotó a los resultados electorales significados que los relievaron positivamente como una “democracia construida desde abajo” (26/04/09).
En el otro subeditorial incorporó otro significado relacionado a Bolivia, a través de la comparación y casi sentencia a los opositores de las elecciones de diciembre próximo: “el triunfo de la democracia ecuatoriana es una lección que deberían aprender quienes en Bolivia aún sueñan con frenar los comicios del 6 de diciembre, … el pueblo ya no es presa fácil de la mentira, de la manipulación y de la demagogia” (28/04/09).

Por otro lado, en las tres columnas firmadas de La Razón, se expresaron en todas significados de crítica al oficialismo de los dos países. Los resultados electorales y el propio Correa fueron asociados con “la pérdida de la democracia y las libertades económicas” (Columna “Tribuna”, 28/04/09). Se equiparó el proceder político de Rafael Correa y del presidente boliviano Evo Morales, entendiendo sus sucesivos triunfos electorales con una “ecuación populista” (Columna “Línea de Fuego”, 28/04/2009). Finalmente, se extendió el sentido negativo a la región como “epidemia” de “autoritarismo y culto a la personalidad” refiriéndose a los gobiernos de Venezuela, Colombia, Bolivia y Ecuador (Columna “Entre ceja y ceja”, 27/04/09).

Aunque fue posible establecer más rasgos comunes en la información que centró la cobertura alrededor de la figura del candidato presidente, también fueron explícitas las diferencias entre los tres diarios. Cambio fue el que se distinguió por su explícita adhesión informativa y de opinión al candidato oficial ecuatoriano. Los otros dos diarios, en las noticias, tomaron distancia del candidato favorito y de “su revolución”. En las notas de opinión, los columnistas de La Razón fueron críticos respecto del oficialismo boliviano y ecuatoriano.

5 de agosto de 2009

PELUQUEROS EN EL BANQUILLO PARA PERIODISTAS

Osman Patzzi*

Hasta hace unos años, no muchos, era corriente sentar en el banquillo de los acusados a los reporteros de la crónica policial. Se les endilgaba la mayor parte del descrédito periodístico y en cierto modo se les asignaba un protagonismo mayor al que realmente tenían porque se exageraba en los supuestos sobre el impacto que tenían en el conjunto de los medios y de la sociedad.

Aparentemente, la posta del dudoso honor de estar sobreestimados la tomaron los reporteros de la farándula, empeñados también en situar a Santa Cruz como centro de estas actividades.

Inflados como deben estar los egos de quienes están creyendo que se habla de ellos porque son importantes, difícilmente aceptarán que el debate no está centrado en los “faranduleros” sino más bien en la necesidad de mejorar y de observar parámetros de calidad en el conjunto de la producción periodística.

Es como si los periodistas de farándula, y de la farándula, se estuvieran aprovechando de las limitaciones de sus colegas abocados a otras áreas y en el convencimiento de directores, jefes de prensa o editores que han visto más interesantes estos reportes que otros y llegan a creer que es lo que la gente demanda y necesita.

Los más afectados con el giro hacia la “farandulización” son aquellos que resultaron estar más próximos por una también discutible afinidad temática, en este caso los reporteros de lo que se conoce como el área cultural. Claro, son los espacios culturales los que se han sacrificado para dar paso a las lentejuelas y las borracheras, si se permite el reduccionismo.

El eco de este tránsito lo han sentido los gestores culturales, que recientemente hicieron pública una carta muy crítica a los medios y que ha merecido atención, pero lamentablemente ha tenido poco impacto real hasta el momento.

El Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) en el estudio sobre El significado de la cultura en la prensa boliviana (1) ya había detectado que los medios impresos bolivianos destinaban muy poco espacio a las secciones de cultura, pese a que algunos contaban con suplementos especializados. El porcentaje de la superficie ocupada por materiales sobre cultura abarca apenas el 2%. Y de este dos por ciento, la temática del arte tiene el 80% principalmente arte clásico, arte moderno y arte popular, en ese orden. “Lejos de ser uno más de los espacios públicos en que se promueve una idea abarcadora de cultura, el del periodismo cultural practicado en los diarios bolivianos es otro más de tantos escenarios en que se opera con y desde una concepción elitista de la cultura”, indica el informe citado. Y no se trata de polemizar sobre si se debe dar más cabida a lo popular o a lo culto, sino de que independientemente del tema, debe ser abordado con rigor periodístico.

El incipiente periodismo de farándula en Santa Cruz, no está en el nivel, hacia abajo, del que tiene en otras ciudades de países vecinos y no tan cercanos. Las preferencias sexuales, adicciones, y otras intimidades de los ricos y famosos criollos están más o menos a buen recaudo…todavía. Y por ello parece oportuno que en vez de satanizar a los faranduleros e indirectamente alentarlos a que sean cada vez más osados, se pueda reflexionar a aquellos que los dirigen y principalmente a quienes tienen la capacidad de hacer un mejor periodismo en otras áreas, para que asuman el protagonismo que la sociedad les exige.

Si se está devaluando el periodismo no puede ser responsabilidad exclusiva de quienes lo hacen mal; tienen mucho que ver los que pudiendo hacerlo mejor se están dejando llevar por la tendencia y permiten que el chisme tenga más peso que la investigación. Si el espacio de los periodistas ahora lo ocupan buenos peluqueros en algunos medios y programas, es porque realmente necesitamos repasar los parámetros de calidad periodística y poner a las cosas, a las profesiones y a los acusados en su sitio.


• * Corresponsal del ONADEM en Santa Cruz
(1) El significado de la cultura en la prensa boliviana. Oscar Meneses Barrancos). Medios a la Vista, Pág 187-191. ONADEM-UNIR-ABOCCS. 2008

29 de julio de 2009

LA COBERTURA PERIODISTICA DEL DENGUE PRIORIZO LOS CONFLICTOS POLITICOS



Faltó información útil para prevenir y tratar la enfermedad



Lizbeth Mejía Noé*

La cobertura informativa de la prensa en torno a la epidemia de dengue estuvo centrada en las acciones de las autoridades departamentales y nacionales, mientras que la información sobre medidas de prevención y educación ciudadana fue relegada. Además, las fuentes oficiales primaron: habló sólo un ciudadano por cada cinco autoridades, y cuando lo hizo fue desde el lugar de víctima que relata su historia.

Un análisis del ONADEM en 7 periódicos de Bolivia, El Nuevo Día, El Deber y El Mundo de la ciudad de Santa Cruz, Los Tiempos y Opinión de Cochabamba y La Razón de La Paz y El Diario muestra que la cobertura informativa de los medios impresos sobre la epidemia del dengue estuvo marcada por una clara tendencia a priorizar las acciones de las autoridades, sean estas nacionales, departamentales o municipales.

El monitoreo fue realizado en un lapso de 3 semanas conformadas entre el 17 de febrero y el 8 de marzo, período más intenso de la epidemia. Si bien los casos se registraron en todo el país, Santa Cruz fue el departamento más afectado, con el mayor número de casos registrados (30.502, casos sospechosos, según informe de 9 de marzo del Área de Epidemiología del Ministerio de Salud y Deportes).
Entre la muestra analizada, se encontró que La Razón de La Paz y El Deber de Santa Cruz fueron los diarios que dieron más cobertura a la epidemia del dengue., de acuerdo al número de notas.

La cobertura estuvo centrada en las acciones de las autoridades nacionales y locales (prefecturas y alcaldías), con un porcentaje de 21.5 %, es decir, 67 notas de 312 publicadas en el lapso de tres semanas.
Cobertura de Confrontación.- Dentro del grupo de 67 notas que abordaron las acciones de las autoridades, el 47.8% destaca el trabajo de las prefecturas o alcaldías. Cuando se refieren al gobierno nacional, el 46% de las notas resalta la demora o la falta de acciones.


Se enfatizó en dos hechos: la intención del gobierno de adoptar el modelo cubano para la campaña contra el dengue y la decisión de las autoridades locales de seguir con el modelo norteamericano, y por otro lado la tardanza atribuida al gobierno en equipar los centros hospitalarios, desembolsos y otros. Estas medidas gubernamentales fueron criticadas por las autoridades prefecturales y municipales quienes —según ellas— debían atender labores que le correspondían al gobierno central.

Todos Movilizados.- El segundo tema abordado en la cobertura informativa se refirió a la campaña de limpieza contra el dengue, realizada en la ciudad de Santa Cruz, el día 7 de marzo. El 21% de las 312 notas analizadas convocaron a dicha movilización ciudadana. Esta campaña tuvo gran cobertura. Los diarios –especialmente los cruceños- se comprometieron con la causa, dando referencias de lugares de recojo de basura y horarios de fumigación, además informaron de las actividades a realizar.

Faltó información especializada.- No se priorizaron noticias que busquen el por qué de las enfermedades tropicales, sus causas y consecuencias. Las notas de información útil sobre la enfermedad ocuparon 7mo. lugar de 10 temas agrupados (7,4%). Algunos criterios fueron vertidos también en notas de opinión y en editoriales que hablaron de pobreza y falta de higiene de las poblaciones menos favorecidas como coadyuvantes en la expansión de la epidemia. En cuanto las fuentes, fueron claramente priorizadas las autoridades nacionales, departamentales y locales. El ciudadano – habló un miembro de la sociedad civil por cada cinco autoridades- es considerado como fuente, cuando es de escasos recursos y acude a centros de salud en los que no lo pueden atender. Por ejemplo, en el caso particular de El Nuevo Día, se recoge cortas frases testimoniales de ciudadanos que relatan su caso en 2 líneas. El ciudadano como víctima.

Entre las Fuentes Nacionales Gubernamentales, distingue claramente el Ministro de Salud y Deportes Ramiro Tapia como la primera fuente usada para las notas relacionadas con el dengue, y los reportes del Departamento de Epidemiología del ministerio y la Dirección Nacional de Epidemiología.
Las fuentes Internacionales, entre expertos y agencias de cooperación conforman el 6% del total de 54 fuentes consultadas. Dentro de este porcentaje, están en primer lugar los expertos de la OPS y científicos con el 52%, y las Agencias de Cooperación y Embajadas con el 48%.

Informe de Editoriales: Política y Participación ciudadana
Entre el 17 de febrero y 8 de marzo, se publicaron 19 editoriales con temas referidos al dengue, el periódico el Mundo al igual que el Nuevo Día de Santa Cruz, publicaron 5 editoriales correspondientes al 26% cada uno, luego La Razón de La Paz, con 4 equivalente al 21%, Opinión de Cochabamba y el Deber de Santa Cruz 2, 11% y Los Tiempos de Cochabamba 1, igual al 5%. El periódico El Diario de la Paz no publicó en este lapso de tiempo ningún Editorial, solo dos notas de opinión.


Los editoriales tema en su mayoría tuvieron un abordaje centrado en las autoridades y sus actuaciones políticas en torno a la epidemia de dengue. Criticaron al gobierno nacional por su supuesto trabajo tardío y la falta de previsión de la epidemia, la polémica entre el alcalde cruceño y una periodista, es así que los temas políticos alcanzaron 58% de los espacios editoriales. La inducción a la ciudadanía a participar en la campaña de limpieza del día 7 y cambiar sus hábitos higiénicos abarcó el 21% y también se hizo referencia a la gravedad de la enfermedad tornada en epidemia.

*Unidad de Apoyo a Periodistas y Carreras de Comunicación SocialFundación UNIR Bolivia

23 de julio de 2009

Hubo 23 agresiones a periodistas y medios en el primer semestre del año


Las agresiones a periodistas y medios registradas por los medios escritos y digitales de Bolivia llegaron a 23 entre enero y junio de 2009, según el último informe del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia.
Los periodistas –incluyendo reporteros gráficos- de medios escritos, televisivos o radiales y agencias noticiosas, denunciaron haber sufrido agresiones de funcionarios del gobierno nacional, sectores de la sociedad civil, policías y funcionarios de prefecturas y alcaldías opositoras.



Presuntos agresores a periodistas
Enero a junio de 2009
No precisa-S/D; 1; 4%
Funcionarios de la
prefectura o
alcaldías opositoras; 2;
9%
Policias ; 1; 4%
Funcionarios del
gobierno nacional; 9;
40%
Adherentes a
los cívicos ; 1; 4%
Otros
sociedad civil; 8; 35%
Adherentes del
gobierno nacional ; 1;
4%



Más de la mitad de las agresiones registradas (52%) se realizaron contra trabajadores de canales de televisión, reporteros y camarógrafos. En segundo lugar fueron agredidos trabajadores de diarios, impresos, incluyendo reporteros gráficos.

La mayoría de los casos registrados por los medios en el primer semestre del año está relacionada con maltratos verbales, realizados directamente o vía telefónica (38%). En segundo lugar está el entorpecimiento del trabajo periodístico, es decir, impedir por la fuerza el acceso a la cobertura (27%). Las amenazas de muerte representaron el 17% de los casos registrados.


La mayoría de las agresiones denunciadas en el primer semestre de este año, se registraron en La Paz (48%) y Santa Cruz (35%); seguidos de Cochabamba (4,3%), Chuquisaca (4,3%), Tarija (4,3%), Potosí (4,3%).

De los 23 casos, sólo 4 (el 17,4%) fueron denunciados a las instancias judiciales correspondientes. Otros diez (el 43,5%) fueron denunciados a las instituciones gremiales, como las Asociaciones de Periodistas o la Asociación Nacional de la Prensa.


En 21 meses: 280 casos y sólo dos agresores sancionados

Este informe semestral continúa la línea del informe titulado “Las Agresiones a los Trabajadores de la Prensa permanecen Impunes”, publicado en el libro trienal Medios a la Vista. Informe Sobre el Periodismo en Bolivia 2005-2008 (UNIR-ABOCCS).
El primer informe, que cubría un primer período comprendido entre el 1ro de octubre de 2007 y el 31 octubre de 2008 (13 de meses de monitoreo), presentó 245 casos de agresiones registradas en los propios medios. Desde noviembre de 2008 a junio de 2009 los casos registrados llegan a 35.


De los 280 casos registrados en la prensa desde octubre de 2007 a junio de 2009 (21 meses de monitoreo) sólo dos fueron sancionados.
Los dos casos con sanción judicial incluyeron la detención de los denunciados por agresión: el policía David Leytón en Santa Cruz y Adolfo Cerrudo –integrante del Comité Cívico Popular, agrupación cercana al Movimiento al Socialismo (MAS)- en La Paz.




De acuerdo a los datos presentados por el ONADEM, de los 280 casos anotados en 21 meses, el 36,1% se registró en el departamento de Santa Cruz; seguido de La Paz con el 26,8%, Chuquisaca con el 10,4% y Pando con el 6,4%. La mayoría de las agresiones fueron realizadas contra trabajadores de televisión (56%), luego figuran las dirigidas contra los de radio (24%), de medios impresos (17%) y de agencias de noticias (3%).

Con los datos señalados se puede concluir que en los últimos seis meses las amenazas verbales han sido lo predominante mientras las agresiones físicas han disminuido. Es necesario seguir trabajando desde todos los sectores involucrados para evitar que las dificultades para el trabajo periodístico en coyunturas de conflicto se agraven.

El informe fue elaborado en base a las denuncias de agresiones publicadas en 12 diarios impresos, dos cadenas radiales y tres portales noticiosos digitales. El monitoreo y la sistematización de datos fueron realizados por Vania Sandoval Arenas y Osvaldo Vargas Loza.

14 de julio de 2009

¿CÓMO SE DEFINE AL "OTRO", OFICIALISTA U OPOSITOR?

Polarización y medios, algunos ejemplos

Vania Sandoval Arenas

¿Se contribuye desde el trabajo periodístico a construir y/o reforzar la polarización entre actores políticos?
Teóricos como Pierre Bourdieu
[1], señalan que el discurso de los medios de comunicación reproducen los discursos políticos y las ideas fuerza movilizadoras de la sociedad que pugnan en el campo político, e intencionadamente o no, reproducen las miradas discriminatorias y descalificadoras del adversario político.
Ana María Miralles
[2] explicando las teorías de Teun Van Dijk y Patrick Charaudeau, señala que contrariamente a lo que comúnmente se cree, esto es, que la incidencia de las noticias se refiere a los datos que transmiten a sus audiencias, lo que realmente se transfiere es un modo de lectura de la realidad. “Estamos claros en que la información periodística no es solamente la exposición de datos: la característica de la información es que le da forma a los datos y que los muertos que refiere Charaudeau o los terroristas que refiere Van Dijk, no son datos en bruto sino que se presentan bajo unos determinados enunciados. Y son justamente esos enunciados los que realmente representan un poder de influencia mediática”.

En el Observatorio Nacional de Medios, dentro de la línea de trabajo por promover la interculturalidad y la cultura de paz dentro del periodismo, se ha analizado la construcción periodística de las representaciones del “oficialista” y del “opositor”. En este texto usaremos ejemplos de un trabajo realizado por el ONADEM referido a la cobertura informativa de un evento donde se registró especial polarización mediática: los referéndos por aprobación de estatutos autonómicos.

Polarización informativa en la cobertura a los referendos por estatutos autonómicos
[3]


Analizar la construcción de la imagen de oficialistas y opositores en las coberturas informativas de los referendos por estatutos autonómicos realizados en cuatro ciudades- Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija- en mayo y junio del año 2008, permite encontrar discursos enmarcados dentro de la polarización en un número significativo de medios de comunicación.

Estos referendos, inscritos en el marco de un escenario político de permanente confrontación entre el gobierno y oposición, representaron un hito importante en la “batalla” entre ambos grupos políticos, graficando una fractura institucional, ya que por primera vez en la vida democrática boliviana cuatro cortes departamentales electorales actuaron contra las instrucciones de la Corte Nacional Electoral. Se trataba de la definición de aprobación o rechazo por el voto popular de los proyectos de estatutos autonómicos departamentales, presentados por los opositores prefectos y cívicos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando.

El gobierno nacional no reconoció esas acciones electorales como legales y cuestionó permanentemente la legitimidad de los proyectos de estatutos autonómicos, señalando que sólo representaban los intereses de una élite. Los prefectos y dirigentes cívicos de la oposición, en cambio, usaron sus recursos institucionales para que se lleven adelante con éxito tales comicios, argumentando su legitimidad, ya que en dichos departamentos anteriormente había ganado el “sí” a las autonomías departamentales en una consulta previa efectuada el año 2006.

Los discursos políticos del gobierno y la oposición marcaron también la línea informativa de cobertura periodística en la mayoría de los medios analizados, en los que varios periodistas al mismo tiempo de dar a conocer la información sobre los procesos eleccionarios, virtieron opiniones parcializadas muy similares a las de las fuentes. No se separó la información de la opinión en muchos casos. A continuación presentamos algunos.


Ejemplos de expresiones utilizadas por algunos medios durante el referéndo por estatutos autonómicos el 4 de mayo:

Posiciones pro-referendos

Ø “Santa Cruz es alegría, sonrisa.
Occidente es odio….
Desde ahora el cruceño tiene que
medir su sonrisa (Radio Oriental)

Ø Nace una nueva Bolivia,
muere el centralismo (Radio Amboró).

Ø “El Día de la Victoria”
(Unitel)

“Los departamentos más pobres
decidieron. Gobierno no puede
seguir miope” (Unitel LP)

Detuvieron a miembros de
la UJC y solamente a ellos y no
a los del otro bando
(PAT Santa Cruz)

A pesar de la violencia hubo
votación, pero también
hubo heridos.
Piedras golpes, el momento
fue muy tenso.
No querían que mostremos
las imágenes (PAT Santa Cruz)


“Departamentos pobres,
es lógico que quieran
autonomía” (Red Uno Santa Cruz)

Posiciones contra referendos

Ø De cada 10 ciudadanos,
4 fueron a votar y 3 votaron
por el sí. Casi el 60%…
no ha ido votar y le ha dicho No.
Alto abstencionismo en
Santa Cruz (Radio ERBOL)

Media Jornada de Violencia,
confrontación e irregularidad
(TVB 4 mayo)

Las Movilizaciones son
hechos históricos (sobre
movilización en El Alto)
(RTP)

Organizaciones sociales
piden cárcel para
autoridades cruceñas (TVB)

“Los ricos detrás
del estatuto” (TVB)

“Ganó la abstención,
la violencia y el fraude”
(TVB).
Fuente: ONADEM


En la cobertura informativa sobre el referendo del 4 de mayo en Santa Cruz, tanto las grandes redes de televisión como los medios gubernamentales, presentaron las acciones de violencia como una acción exclusiva del “otro” (los jóvenes de la Unión juvenil cruceñista o los partidarios del MAS, según el medio)[1].


Los medios que se manifestaron en contra de la realización de los referendos, minimizaron la asistencia a votar y destacaron la abstención. Los medios que apoyaron abiertamente los referendos no hablaron de la abstención y destacaron el “arrollador” triunfo del SI y la “jornada democrática”. Con esa cobertura, no se contribuyó brindar insumos argumentales distintos a los de los discursos políticos polarizados que predominaban, o a salir de la simplificación que impidió un análisis a mayor profundidad del conflicto.


El “otro” no es legítimo

Incorporando a esta reflexión los hallazgos de otros trabajos del ONADEM, se encuentra que en muchas noticias y buen número de editoriales, en eventos como elecciones, conflictos con medidas de presión en temas sensibles entre regiones, informaciones sobre violencia simbólica o física, no contribuyeron a tender puentes entre los actores polarizados, presentando al “otro” como antagonista portador de todos los valores antidemocráticos, y, por lo tanto, como un actor “ilegítimo” que estaría descalificado y no sería válido para establecer una relación democrática entre adversarios políticos. El discurso maniqueo (A vs B) no permite visibilizar a otros actores involucrados en el conflicto. Como decía Johan Galtung
[2], hay medios que se dedican a fomentar el maniqueísmo en la representación noticiosa.


En las noticias relacionadas a conflictos violentos, en muchos casos se territorializa a los actores: según el lugar donde vivan –campo o ciudad- se les asigna un“bando político”. También se califica la posición política de los actores de acuerdo a su supuesta pertenencia étnica. En Bolivia se cubrió con ese enfoque buen número de noticias sobre los hechos violentos en Sucre el 24 de mayo del 2008
[3].


Así se muestra que –salvo meritorias excepciones- los enunciados usados por el periodismo para presentar las informaciones y las opiniones editoriales sobre conflictos políticos contribuyen a la clasificación forzosa de actores dentro de uno de los bandos políticos polarizados y a la pugna permanente por la reducción de las ideas fuerza en el campo político a solamente dos, excluyentes entre sí. Los discursos se construyen en base a la apropiación de todos los valores democráticos para sí – como indicador de legitimidad- y a la deslegitimación de los otros actores, reducidos a uno sólo: “el otro”, el antagonista.


El “otro” tiene todo en contra para no ser demócrata, aunque hay un esquema común “deslegitimador del antagonista”, válido para ambos grupos discursivos:

El “otro” tiene menor respaldo popular que yo/demostrado en las urnas (según se mire lo nacional o regional)
El “otro” no tiene moral para hablar de democracia, por sus acciones antidemocráticas.
El “otro” busca la división nacional (en regiones o en grupos étnicos) al promover sus intereses
El “otro” es corrupto
El “otro” tiene una visión sesgada por sus intereses. “de perpetuarse en el poder” o de “dividir Bolivia”.


Este enfoque polarizado de los discursos políticos, usado también por buen número de medios de información en la cobertura de conflictos y expresado en las informaciones y opiniones emitidas en las noticias, no está relacionado con el periodismo para la paz, que cuestiona la cobertura del tipo “nosotros Vs. ellos”, así como la cobertura que expone “las mentiras del otro” y ayuda a “nuestras mentiras/ encubrimientos”.


“El periodismo de paz procura la despolarización de las partes mostrando el blanco y negro de todos los bandos, y des-escalando mediante un énfasis tan fuerte en la paz y resolución del conflicto, como en la violencia. El éxito que se conseguirá está todavía por verse. Pero cambiar el discurso mediante el cual un algo determinado es pensado, hablado o actuado, es una aproximación muy poderosa.” Johan Galtung.




[1] Para ver los datos detallados, remitirse al trabajo sobre el tema publicado en “Medios a la Vista. Informe sobre el periodismo en Bolivia 2005-2008”. Observatorio Nacional de Medios. Fundación UNIR Bolivia, Asociación Boliviana de Carreras de Comunicación ABOCCS. Abril 2009. Página 127.www.unirbolivia.org

[2] Johan Galtung en : Galtung, Johan; Lynch, Jake y Mc. Goldrick ; Annabel. Reporteando Conflictos: Una introducción al periodismo de paz. Ariete, Transcend, y Respuesta para La Paz. Montiel & Soriano editores, México, Junio 2006

[3] Ver “Medios a la Vista”. Obra citada.

[1] Bourdieu, Pierre. “El Campo Político”. Edit. Plural. La Paz, 2002.
[2] Miralles, Ana María, Periodismo Público en la gestión del Riesgo. Pág 13. Proyecto PREDECAN. Lima, Perú 2009.
[3] Datos y cuadros tomados del trabajo del ONADEM “ Información polarizada: cobertura de los referendos por estatutos autonómicos en cuatro departamentos”. Torrico, Erick; Sandoval, Vania; Villegas, Sandra y Poma; Bernardo. ONADEM-UNIR 2008